Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
¡Hay quienes oran por su salud otros por su muerte!
Mientras la fiesta cívica no para entre los partidos de oposición, con todo
y el folklor de la incorporación de cantantes, vicetiples, youtubers,
luchadores y payasos de circo como aspirantes a cargos de representación
popular, Morena está desaparecido.
Y por si fuera poco su máximo líder, el mesías de los morenos, el flautista
de los chairos, el rey del autoritarismo, Andrés Manuel López Obrador se
encuentra en el hule; nomás no se sabe nada de su estado de salud por el
Covid-19 que lo tiró en cama desde el pasado fin de semana.
“¡Le duele la cabeza, pero está fuerte!”, reza la información oficial.
De ahí en fuera nadie nada dice nada, pareciera que el presidente de la
república es un enfermo de casa. Un silencio sepulcral rodea el ambiente
político acaso salpicado por memes y cartones demoledores en su contra
mismos que nadie, ni los boots, pueden parar.
Hoy “Las mañaneras” sin el antififis no valen nada.
La política sin su gurú vale sombrilla. De hecho el cuartel de Morena está
como clausurado. Todo es expectación, solo una angustiosa espera de
próximas señales que den la voz de arranque.
Por el momento nada quiere levantar el dedo. La dirigencia nacional de
Morena está muda y las estatales en consecuencia, la de Veracruz incluso
está descabezada.
En paralelo México transita entre el silencio y el fantasma de la muerte
luego de que nuestro país ha sido colocado como el peor en atención al
combate por Covid-19.
Y es que mientras otras naciones de Europa del este y Estados Unidos en
una cruzada de un millón de vacunas diarias, avanzan en la lucha, México
–con seis mil pinches vacunas diarias aplicadas a selectivo personal- sufre
una regresión al semáforo rojo tras rebasar los 150 mil muertos, el 1.5
millón de contagios y, el colmo, asaltos a mano armada para conseguir un
tanque de oxígeno hoy bajo control del crimen organizado.
La OMS y las Universidad Iberoamericana han considerado que sumará
el Covid-19 a siete millones de mexicanos a la extrema pobreza, es decir, o
nos mata la pandemia o nos morimos de hambre.
Pilas de cadáveres se reportan minuto a minuto en las 32 entidades de la
república e incluso en ciudades como Xalapa, la gente prácticamente
entró en pánico ante la falta de camas de hospital, respiradores,
medicinas y personal médico, amén de la ausencia de un gobierno que
tome las riendas de la campaña sanitaria.
Con su enredado lenguaje el gobernador Cuitláhuac García Jiménez
terminó ignorado por la población hoy bajo resguardo ante la imparable
ola de contagios y muertes.
La política, sin embargo, no se detiene particularmente porque la
oposición ya observa con optimismo la debilidad del partido hecho
gobierno.
En Veracruz las alianzas finalmente se consolidaron, la fiesta cívica –a
distancia y a cercanía- ha comenzado y la feria de aspirantes trae gente de
todos colores, sabores y singularidades.
La llegada de la robusta cantante “Paquita, la del barrio”, la que promete
cantarle a Cuitláhuac “¡Me estás oyendo inútil!” si bien ha provocado
escarnio y burletas de todo tipo por su ignorancia, es una cuña que habrá
de inclinar la balanza en Misantla que no va a gustar en nada a los
morenos.
Ello al igual que aspirantes populacheros identificados con el pueblo
harto de tanta ratería e ineficiencia. En los hechos estos personajes tienen
más posibilidades que los cartuchos viejos que pretende utilizar Morena,
como es el caso de Elizabeth Morales, para ganar las plazas en disputa.
El tema, ante la parálisis oficial, es ganarle tiempo al tiempo.
Avanzar en los registros e inundar –como se está viendo- las redes
sociales, nuevo canal de promoción electoral que sin duda habrá de
incidir en el sufragio.
El cobro de agravios, sumado al voto de castigo contra un Morena sin
liderazgo y con un Peje que no aparecerá en las boletas el domingo 6 de
junio, pareciera que avanza de manera sólida hasta para los candidatos
independientes o ciudadanos que en proporción en el pasado reciente
están en posibilidades reales de ganar.
Hoy no queda la menor duda que hay quienes oran por la salud del
contagiado, otros porque se despida de este mundo cruel.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo