Empiezan a aparecer nombres de actores políticos como aspirantes a cargos de elección popular, algunos de ellos concitan a broma, otra extrañeza e incluso rechazo, pocos merecen aprobación pública, aunque sin duda tienen sus derechos civiles a salvo y por lo mismo derecho a participar, porque el rejuego electoral es parecido a la ley de la oferta y demanda, pues corresponde al ciudadano el derecho a elegirlos. Algunos, como el ex rector Arias Lovillo, juegan a la ruleta rusa porque condicionan su participación a los partidos políticos cuando estos llevan ya camino andado en la selección de candidaturas. Otros nombres, como el de José Yunes Zorrilla, refrescan el ambiente, pues corresponde a la tipología del político conocedor del oficio, con propósitos y metas asociadas al progreso social. Pepe Yunes, como Ricardo Ahued, figuran en al álbum de políticos atípicos, excepcionales en nuestro ambiente, al cual enriquecen con su participación.
Los nombres del silencio
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