Mientras el Director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clama por mayor igualdad en el reparto de vacunas anti Covid-19, los países ricos se reparten las tajadas más grandes de ese pastel, dejando a los países pobres en la indefensión, como siempre. “Este no es un asunto político”, “Se trata de salvar vidas. Sé que se ha convertido en un asunto partidista, pero es estúpido que suceda”. Lo dijo Joe Biden, refiriéndose a Estados Unidos, por supuesto. Y en México el gobierno diseña su programa de vacunación con brigadas de diez elementos, de los cuales solo dos son del sector salud, cuatro elementos del ejército, dos representantes de programas sociales del gobierno todos y dos servidores de la nación, todos, previamente vacunados, recorrerán el país aplicando la ansiada dosis inmunizante. Pero, en tanto no lleguen masivamente las dosis, la vacunación caminará a ritmo lento, con más palabras que realidades.