sábado, noviembre 23, 2024

6 de junio: entre votos y vacunas

Por Salvador García Soto

Serpientes y Escaleras

Entre los mensajes que más enfatizó en su reaparición del pasado viernes el presidente, el tema de las vacunas y las gestiones que sigue haciendo desesperadamente su gobierno por conseguir más dosis de cualquier laboratorio que las tenga disponibles ocupó la mayor parte de los 18 minutos que habló el mandatario, quien aseguró que en febrero llegarán 6 millones de dosis que incluyen 870 mil de Astra Zeneca conseguidas en la India, 1.5 millones de Pfizer, además de la controvertida vacuna rusa Sputnik V y la china de CanSino-Biologics. No es casualidad que en su primer discurso desde que contrajo el Covid y después de 5 días ausente de la escena pública, el mandatario nacional se haya referido a que las vacunas “al final son lo más importante y lo que va a poder darnos seguridad de que esta terrible pandemia no va a seguir causando daños”.

Porque en medio del discurso triunfalista y falazmente optimista con el que reapareció el presidente, en el que hizo afirmaciones desde dudosas a falsas, como aquello de que “no nos han rebasado las circunstancias (la pandemia) y hemos podido atender a todos”, “nos vamos a recuperar en lo económico y ya en enero recuperamos 75 mil empleos”, “hay signos alentadores en la economía, va creciendo se va recuperando”, lo único cierto que dijo el presidente es que si su gobierno no logra traer las vacunas suficientes para todos los mexicanos con rapidez y en el menor tiempo posible, no habrá ninguna seguridad ni esperanza para los mexicanos y el crecimiento de la pandemia, que se ha recrudecido en una curva cada vez más ascendente y vertical —32 mil 770 muertes en enero y 445 mil contagios— terminará por golpear a su gobierno que ya está prácticamente rebasado y sin control de la emergencia sanitaria en el país.

Para decirlo claramente: sin vacunas no hay votos. Si no llegan y se aplican vacunas suficientes para los mexicanos antes de las elecciones, tampoco habrá votos suficientes para Morena y para la 4T, cuya mayoría en el Congreso y el avance en gobiernos locales, cada vez depende más del éxito o el fracaso del maltrecho y cuestionado Plan Nacional de Vacunación contra el Covid. Eso lo saben muy bien López Obrador y sus asesores, que su proyecto político peligra y puede sucumbir si no avanza el calendario de vacunación en los próximos meses y que, si no logran llegar al 6 de junio con un porcentaje aceptable de la población total vacunada, al menos un 25 o 30%, entre la población de adultos mayores y los de 50 a 60 años, el déficit de vacunas se trasladaría casi automáticamente a las urnas, en forma de un voto de castigo a su administración.

El retraso en el calendario de vacunación que se habían fijado —por los incumplimientos de Pzifer y porque no todos los precontratos que supuestamente habían cerrado exitosamente resultaron totalmente ciertos— ha puesto en jaque al gobierno federal e hizo que el presidente, personalmente, se pusiera a supervisar las gestiones que ya no sólo realiza el canciller Marcelo Ebrard y su equipo, sino también el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, quien se metió de lleno a negociar con los grandes laboratorios y a comprometer pagos inmediatos a cambio de que se garantice el envío pronto de lotes de vacunas.

Y es que, tanto cacarearon y alardearon de que ya tenían “comprometidas y seguras 120 millones de vacunas para los mexicanos”, que la expectativa que generaron en la población fue muy alta y de ese mismo tamaño puede ser la decepción y la molestia ante la falta de vacunas suficientes en los próximos meses. Porque hoy, para variar, México es uno de los países con más bajo avance en sus programas de vacunación, el último de la OCDE, mientras las muertes y los contagios siguen creciendo aceleradamente. Ha sido tan lento y tortuoso el avance del Plan de Vacunación, ante las pocas dosis recibidas, que incluso Brasil, sin alardear ni publicitar supuestas “misiones cumplidas”, hoy ya dejó muy atrás a nuestro país al vacunar a poco más del 1% de su población, mientras nosotros estamos detenidos y estancados en el 0.5% de los mexicanos.

Así es que mientras el panorama de la pandemia no mejora y ahora se habla ya hasta de una “cepa mexicana”, la E484K, que podría haberse detectado en Jalisco, y el mundo empieza a ver a México a los mexicanos como “apestados” y nos cierran fronteras o nos ponen restricciones por el pésimo manejo de la pandemia y el crecimiento de muertes y contagios, al presidente López Obrador hoy le preocupan dos cosas: la primera, que la percepción de que su gobierno fue completamente rebasado por el Covid y que su estrategia resultó fallida ya no es sólo interna sino que ahora así lo ven también desde el extranjero, con todas las afectaciones económicas y al turismo nacional que eso va a traer; y la segunda cosa, y quizás la que más le preocupa y ocupa, es que si no avanza en la vacunación de los mexicanos y logra traer dosis en cantidades suficientes, el próximo 6 de junio día de votaciones, no habrá votos para su partido y si los hay serán en contra.

NOTAS INDISCRETAS…

Con una seguridad que parece temeraria y que podría ser hasta suicida, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, presentó ayer a Félix Salgado, acusado de violación de mujeres, como su candidato en Guerrero y hasta le levantó la mano. Según el líder morenista “Félix es nuestro candidato y sólo dejará de serlo si pierde sus derechos políticos”. Es decir, que Mario Delgado le apuesta claramente a que las denuncias de abuso sexual y las investigaciones que, supuestamente realiza la Fiscalía de Guerrero, terminen por exonerar al senador con licencia y de ese modo, cree, se limpiará su imagen. Es muy posible que el gobernador priista Héctor Astudillo, como ya lo hizo una vez, vuelva a ordenar que se libere a Félix Salgado de toda responsabilidad. Por algo dicen de Astudillo, en su propio partido, que ya está “entregado” al presidente López Obrador y a la 4T y que está listo para cederles el poder sin meter las manos. Pero lo que no está tomando en cuenta Delgado es que, aun cuando a Salgado lo volvieran a declarar “inocente” de los cargos de violación y abuso sexual y lo cubrieran con el manto de la impunidad política en Guerrero, algo tan grave como la denuncia de haber violentado sexualmente a una mujer —como la extrabajadora de La Jornada de Acapulco que lo acusa de haber abusado de ella a los 17 años o la militante de Morena que también lo acusó de abuso— es una mancha que Félix Salgado no se va a quitar tan fácilmente y que lo va a perseguir en toda su campaña. ¿O acaso don Mario y su candidato dudan de la terquedad y fortaleza que han demostrado los colectivos feministas y los grupos defensores de mujeres en los últimos años contra la violencia de género? Si lo dudan son ingenuos. Hay manchas que no se quitan ni con una exoneración política… La violencia entre panistas estalló ayer en Morelos, luego de que militantes inconformes con el proceso interno para elegir candidato a la alcaldía de Cuernavaca, irrumpieran violentamente en el lugar donde se llevaba a cabo la votación. El sitio de votación fue clausurado por las autoridades y el proceso siguió. Anoche no se sabía con claridad quién había ganado la candidatura: si el exmorenista José Luis Urióstegui o el panista Juan Pablo Adame, aunque más allá de lo que resulte en las votaciones, se avizora una ruptura en el panismo de Morelos, pues el grupo que encabeza Adame ha denunciado favoritismo para que el exmilitante de Morena, el exalcalde Uriostegui, fuera favorecido con la postulación. Veremos en qué acaba el pleito y si se dividen los blanquiazules morelenses… Los dados mandan Serpiente Doble. La semana se ve complicada. 

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