Por Edgar Hernández*
Plausible que la Fiscal General, Verónica Hernández Giadans, quiera mejorar su imagen y busque justificar su ineficiencia con plastas de maquillaje, pero cómo ocultar la escalada feminicida en Veracruz que registra un aumento del 28%.
¿Cómo explicar a la ciudadanía y a la república misma, el origen de las 96 fosas clandestinas diseminadas en 16 municipios o cómo encontrar respuestas, a través de un boletín de prensa, sobre los mil 316 cuerpos en el forense sin identificar?
Y lo más grave ¿Qué se está haciendo para regresar la seguridad y confianza a las familias veracruzanas cuando el crimen organizado nos tiene de rodillas?
Lo de Gladys Merlín y su hija Carla Enrique derramaron el vaso y desbordaron la tolerancia ciudadana hoy verdaderamente irritada con las absurdas justificaciones de Verónica Hernández Giadans, quien desde el arranque de su gestión nunca tuvo una explicación cabal sobre sus ligas familiares con el grupo delincuencial de los “Zetas”.
Y eso de revictimizar a Gladys Merlín y su hija filtrando las fotografías del terrible lecho sangriento es no tener madre.
Hoy no basta con la renuncia de su jefe de prensa, Jair García, presunto filtrador, obliga a la aplicación de la ley que impone cárcel hasta de cinco años a quien difunda imágenes bajo resguardo de la autoridad forense.
Pero eso en realidad les vale madre “ya mañana se olvidará con nuevas masacres”, como ellos mismos argumentan.
El pueblo, sin embargo, no olvida.
Como tampoco seguir buscando a sus muertos desaparecidos o enterrados en pedazos en fosas clandestinas.
El maquillaje de la Fiscal, Hernández Giadans, vestida de negro con pistola al cinto, como las caricaturas del “El Zorro”, pero en versión mujer, conmueven mas que al orgullo veracruzano, al enojo.
Sobre todo, si observamos que Veracruz ocupa el primer lugar en fosas clandestinas al superar, con 504, a Tamaulipas con 455, Guerrero con 383, Sinaloa con 354 y Zacatecas con 331.
Bien porque en las primeras acciones periodísticas en su favor se busque deslindarla del Bola “8” con quien la unen relaciones inconfesables, pero cómo explicar o justificar el rezago de mil 316 cuerpos que se encuentran en el forense sin identificar, pese a la presión de los Colectivos y de las organizaciones responsables de los Derechos Humanos.
Cómo explicar por qué hoy día están abiertas 182 carpetas de investigación por muerte de mujeres, de las cuales 84 fueron por feminicidios, de acuerdo a sospechosa reclasificación del delito, ya que 97 fueron por homicidios dolosos, cuando de todas maneras esa escalada está fuera de control.
A pesar de que la Fiscalía bajó mañosamente las cifras, Veracruz sigue en segundo lugar en feminicidios.
Es decir, con todo y el sesgo en la numeralia tenemos un incremento del 30 por ciento en crímenes de odio y un rezago del 40% en las carpetas de investigación al abrirse 182, pero solo judicializar 73.
Vaya eficiencia.
En la construcción de su nueva imagen mandan al matadero al nuevo responsable, Mario Lozano, de quien no se duda de su capacidad profesional, pero eso de encomendarle que en la construcción de la nueva imagen de Verónica Hernández Giadans, apele a la autonomía y el desmarque de Cuitláhuac y del Bola 8, es punto más que imposible.
Mientras Morena gobierne, los títeres que les hace mantenerse en el poder serán el Congreso y la Fiscalía.
Por lo pronto hoy nos queda claro que Minatitlán, Coatzacoalcos y Coloacaque no solo son el “Foco Rojo” para las mujeres, es todo Veracruz.
La familia veracruzana desde hace 26 meses es rehén de la ineptitud gubernamental que no sabe cómo parar la criminalidad y ya para que su propia policía sea acribillada por hordas criminales como sucedió hace unos días en Orizaba, es que algo grave está pasando.
Los ajusticiamientos y asesinatos a mansalva son, a no dudar, el pan de cada día por más que la Fiscal, Verónica Hernández, de negro con pistola al cinto colocada al revés como hacen los niños cuando juegan a policías y ladrones con sus pistolitas de agua, nos diga que la procuración de justicia es nuestro signo.
¡Vaya imbecilidad!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo