Entre las fiestas religiosas de mayor raigambre en la entidad figura la del d de febrero, “Día de la Candelaria”, su santuario está en Tlacotalpan, allá en las feraces tierras de la Cuenca del Papaloapan, que en días como hoy se poblaban de turistas ávidos de tradición y diversiones. Desafortunadamente esta vez no es el caso a causa de la Covid-19 con las consecuencias económicas de rigor porque hoteles y restaurantes, todo el sector turístico resiente enormes pérdidas. Católica hoy, la Calendaría tiene origen pagano, pues era una de las seis fiestas nacionales en el Egipto antiguo, concretamente en la ciudad de Sais y en honor de Atenea, en donde, decía Heródoto y así lo transcribo: “en la noche del sacrificio encienden todos muchas lámparas al aire libre alrededor de sus casas. Las lámparas son unos platillos llenos de aceite y sal en los cuales sobrenada la mecha que arde la noche entera. Esta fiesta se llama la Candelaria…”. Quienes no asisten a esas fiestas lo hacen desde sus casas “y todos encienden también lámparas, de modo que no solo arden en Sais, sino por todo Egipto…”.