Durante el insensato mandato de Trump en los EEUU, observamos su displicente e irresponsable manejo de la epidemia sanitaria que aflige a la humanidad, e igual actitud ha adoptado el presidente Jair Bolsonaro, de Brasil, sus respectivos pueblos han pagado con una cruenta cuota esa pésima conducción política. Trump se fue dejando fuerte olor a azufre, que Biden pronto exorcizó poniendo remedio y tomando medidas para recomponer, con mucho éxito, el desbarajuste heredado. Pero Brasil es ahora el epicentro de una tercera ola del Covid-19, cuando ya son 281 mil los fallecidos y 11.6 millones los contagiados en ese país. El promedio diario de muertes subió a mil 894, lo cual señala hacia un rebrote de proporciones más catastróficas que las actuales. Pero la democracia llevó al poder a Bolsonaro poniendo al descubierto uno de sus rasgos más defectuosos, porque no siempre la ley de número coincide con la mejor elección. Sin embargo, la democracia sigue siendo le forma de gobierno más adecuada en occidente, todo depende de preparar a la población en el difícil arte de saber escoger la mejor opción. 16- m4320