La pretensión del candidato del PRI a diputado federal, Américo Zúñiga Martínez, de llevar en la suplencia a un panista de hueso col… no, de sangre azul, tiene las interpretaciones que uno quiera para justificar o expresar el quehacer político de este ex alcalde.
Ah, cierto… se habla de que Américo busca que su suplente en la curul federal sea Agustín Basilio de la Vega, un panista con trayectoria política dentro del Acción Nacional, además de camino recorrido en la administración pública… y por supuesto, conocido y reconocido en Xalapa.
Entonces, ¿qué pretende Américo buscando hacer mancuerna con Basilio de la Vega?
La respuesta simplista es sumar votos que en política, la suma multiplica mientras que la resta, divide.
Otra respuesta similar a la anterior podría ser que busca con Basilio, jalar ese voto azul a favor de un candidato que por decanto, era “su enemigo” natural… claro, a estas alturas, bien vale la expresión árabe que reza: el enemigo de mi enemigo es mi amigo… por eso la Alianza.
Conociendo a Américo, conociendo la escuela que tuvo al lado de su padre, don Guillermo Zúñiga Martínez, sabiendo que apuesta siempre a la política del tejido fino, es seguro que entienda en estos momentos mejor que nadie (porque no sé de otro candidato de la Alianza que pretenda lo que él quiere) la circunstancia que rodea la elección venidera… no será fácil.
Y no es fácil desde el momento en que se unen fuerzas en aras de vencer a un enemigo en común bajo el riesgo de herir la susceptibilidad de la militancia…
Si bien ya no es nueva la unión de fuerzas con ideologías opuestas, pues ya lo vivimos con PAN-PRD, creo que no debe sorprender que hoy, a estas dos unidades, se alíe el PRI, porque no se trata de una unión en pos de obtener el poder por el poder… al contrario: en una alianza que busca quitar poder al poder… el famoso contrapeso.
Si el militante antepone eso por encima de sus querencias, hay un paso adelante hacia el objetivo trazado en la alianza. Si el militante se resiente, se frustra, alimenta encono, cuidado…
La alianza está ideada para ganar, para generar una oposición que le ponga alto a una mayoría burda, ajena a los intereses sociales, ciudadanos, pero servil al Ejecutivo.
La derrota de la alianza en estas próximas elecciones alimentaría más al ego del Poder y posiblemente, complicaría el siguiente paso enfocado al 2024.
Por eso, ojalá que la pretensión de Américo Zúñiga de sumar a su fórmula, en la suplencia, a un panista, se multiplique en otros candidatos… que en verdad esa alianza se tome tan en serio como la pretende Zúñiga Martínez y se apueste a la idea primaria que dio origen a esta Alianza: ser una oposición con peso y dejar de serlo de palabra.
Al final, Américo muestra como siempre, como ha sido su carrera política, la firme convicción de tender puentes, primero, con Acción Nacional… y una vez conseguido el objetivo, ampliarlos hacia la sociedad, hacia los xalapeños y quienes conforman el distrito… ojalá que cunda en el resto de los candidatos a diputados federales, esta iniciativa de Américo… ¿y por qué no? visualizarla también en las curules locales y en una de ésas, hasta en las presidencias municipales…
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