martes, abril 23, 2024

El diferendo impensado

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No hace mucho, durante el “odiado” periodo neoliberal en México, hubiera sido una utopía imaginar reyertas entre el presidente de la república con integrantes de Instituciones electorales o cualquiera otra inserta en la esfera de los equilibrios de poderes. Sin embargo, en el actual gobierno ya se ha convertido en denominador común la embestida a instituciones autónomas, singularmente proveniente desde la presidencia de la república. Ese contexto es verdaderamente inusual, porque el titular del Poder Ejecutivo Federal en teoría y en los hechos está obligado a gobernar para todos, su investidura y el poder inherente a esa categoría lo ubican por encima de riñas estériles. Sin embargo, la realidad muestra un escenario en donde el presidente se sube al ring y se expone al aplauso o rechifla del “respetable” público. Para empezar, sugieren encuestas de opinión, una de las cuales es de Reforma: el 68 por ciento de los encuestados confía en el INE, mientras que el 27 por ciento no. Respecto del presidente, 58 por ciento confía en López Obrador, no así el 38 por ciento. El Tribunal Electoral tiene momios más bajos, pues el 54 por ciento lo aprueba, pero un 35 por ciento piensa lo contrario. Más abajo están los partidos políticos, en los que solo un 30 confía, contra una abrumadora opinión de 62 en contra. Son tiempos inéditos, así hay que entenderlos.

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