El Diario Excélsior está publicando interesante análisis de sucesos acaecidos durante el actual proceso electoral, uno de ellos es el transfuguismo, contabilizando 16 mil 603 casos a partir de agosto pasado. No es nuevo ese fenómeno, en México sus raíces pueden registrarse a partir de la multiplicación de opciones partidistas y, por supuesto, en la innata tendencia del político a cambiar de camiseta de acuerdo a sus intereses personales y de grupos. No se advertía durante la hegemonía priista porque estaba vigente la consigna: “quien se mueve no sale en la foto”, es decir había estricta disciplina y control partidista. Otro factor radicaba en la escasa posibilidad de ganar una elección siendo postulado por otro partido, tradicionalmente el PAN de auténtica oposición al PRI, o los partidos satélites del priismo: el PPS y el PARM, éste último emulado ahora por el Verde Ecologista. Un denominador común era buscar la candidatura priista para ser funcionario público, como ahora se hace con Morena.