Ganar 9 de 15 gubernaturas en juego, tal como lo suponen las encuestas del momento solo le fue posible hacerlo al PRI desde el año de su fundación en 1946. Pero no debiera extrañarnos porque por las venas de Morena, si bien nació en 2014, corre la experiencia perredista y está abonada por la novedad de un partido en el ejercicio del poder nacional que ofrece esperanza, si lo consigue o no es otra cosa. Dicen las consultas públicas en las entidades en juego que Morena lleva la delantera en nueve y que los seis restantes son competidos por el PAN, el PRI, Movimiento Ciudadano y hasta por el Verde Ecologista, estamos a dos meses de la justa electoral y mucha agua correrá bajo el puente hasta ese entonces. Eso es en cuanto a la expansión territorial de un nuevo partido, pero para el presidente, si bien eso es una apetitosa porción de poder, prevalece la urgencia de obtener la mayoría absoluta en la Cámara de diputados, y ese es otro cantar.