jueves, diciembre 19, 2024

¿Morena o Morrena?

Sin tacto

Por Sergio González Levet

Hace muchos muchos muchos años, en los tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari (recuerdo al poeta Renato Leduc: “Tiempos en que yo era adolescente, Dios Nuestro Señor omnipotente y don Porfirio Presidente. Tiempos, ay, tan iguales al presente”)., a alguien se le ocurrió hacer un acrónimo de la Secretaría de Desarrollo Social: “Sedesol”, que rompía las reglas, porque la letra «l» aparecía hasta el final de la última palabra, y no seguida en la primera sílaba. Así, el acrónimo debía ser: “Sedesoc”.

    Francisco Cárdenas Cruz, que ya era un importante y leidísimo columnista en El Universal (después de haber alimentado los ‘Frentes políticos» de Excelsior junto con otro gran periodista veracruzano, Ángel Trinidad Ferreira) se quejaba en su columna que de dónde habían sacado la dichosa letra para hacerla coincidir con la palabra «solidaridad», que el régimen había puesto de moda. Y tanto, que se estaba pensando en cambiare el nombre al PRI y ponerle, así de rimbombante. Partido de la Solidaridad, como el programa de asistencia social que fue el ariete del salinismo para conquistar a las masas y para buscar la ansiada reelección, que no se pudo dar.

    El recordado maestro Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos, a la sazón director del periódico xalapeño Política, de muy grata memoria, resolvía el dilema con su ingenio característico;

    —Mira, Sergio —me decía Yayo— cuando se tiene un poder como el del presidente Salinas, una «l» ¡la sacas de donde quieras!

    Y bueno, los lectores se habrán dado cuenta de que yo he insistido desde este querido espacio en nombrar al actual partido en el gobierno como «Morrena», y no lo hago por burla ni ironía, sino porque el acrónimo, de acuerdo con la lógica lingüística, se debe formar con las letras cómo suenan en la frase original. En este caso, pongo «rre’ porque la «r» de “Regeneración” tiene un sonido fuerte debido a que es inicial de palabra.

    Así, el acrónimo Morrena se debe componer de las sílabas «Mo» de MOvimiento, «rre» de REgeneración y «na» de NAcional.

    Pero como la autoridad nacional tiene tanto poder acumulado con sus 30 millones de votos limpiecitos, insiste en decir y escribir: «Morena», para que el nombre coincida con la advocación mexicana de la Virgen María: nuestra venerada Virgen de Guadalupe, la Virgen Morena.

    Cuestión de mercadotecnia que no sabe de respetos…

    Eso sí, como yo evito en lo posible -y a veces en lo imposible- comportarme como un necio -como otros sí lo son-, me rindo precisamente ante la necedad patriarcal y en adelante le diré y escribiré «Morena», aunque siempre pensaré que es una incorrección gramatical.

sglevet@gmail.com

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