“Ojos bonitos, cuadros feos.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
En el presente año el escritor peruano Mario Vargas Llosa se encuentra cumpliendo ochenta y cinco años de edad, su larga vida es sinónimo de creación literaria, el primer libro que le fue publicado data del año1959 titulado: “Los Jefes”, y a partir de esos años ha producido una abundante y exquisita obra literaria que incluye novelas, ensayos, crítica literaria, teatro, cuentos, sin olvidar su valioso trabajo periodístico. Por lo antes expuesto, el presente mes será dedicado a celebrar al galardonado escritor acercándonos a sus libros e iniciamos con la obra de teatro titulada: “Ojos bonitos, cuadros feos” publicada en (1996).
Las creaciones teatrales de Vargas Llosa desde el punto de vista técnico son pequeñas, aparecen pocos personajes, la narrativa es sencilla, clara, precisa, aunque se compone de varios actos (en el caso de “Ojos bonitos, cuadros feos”está integrada por X actos), son historias lineales y tan comprensibles que en poco tiempo son leídas, no obstante, la temática abordada es muy amplia, profunda, y exquisitamente tratada, temas como la muerte, la soledad, el vacío, la vejez, el resentimiento, rencor, orgullo, el destino, la pasión, el amor, el alcoholismo, el machismo, la homosexualidad, la familia, el arte, el lenguaje, etc. se encuentran puntualmente planteados.
En la pieza teatral referida sólo aparecen tres personajes: “Eduardo Zanelli, Rubén Zevallos, Alicia Zúñiga”, toda la historia sucede en un pequeño departamento de un edificio en Lima, Perú, y narraré parte esencial de lo expuesto en la obra para que realicemos algunas reflexiones de la rica temática esbozada.
Eduardo es un hombre de sesenta años, Rubén tiene treinta años, Eduardo es un prestigiado crítico de arte, hasta los no conocedores de arte saben quién es Eduardo, Rubén es un joven apuesto y con un alto rango en la Marina, en la historia luego, luego sabemos que Eduardo es homosexual, (un poco reprimido). Identificado estos personajes nos encontramos en el departamento de Eduardo quien está acompañado por Rubén, ambos toman una copa de Whisky, se acaban de conocer en una vernissagey, Eduardo no resistió a los coqueteos de Rubén, estando ya en proceso de conocerse Rubén le dice que si su estrategia es embriagarlo para que suceda lo demás, que ni lo sueñe, que él sabe tomar y hasta donde detenerse, Eduardo ante esta actitud directa se sintió en confianza y le dijo a Rubén que él era muy tímido, Rubén comentó que todos en Lima sabían que el gran crítico de arte era un rosquete, Eduardo contestó:
“Eduardo: No digas esa palabra, por favor. Rubén: ¿Rosquete? Eduardo: es desagradable. Envilece el concepto. Si tienes que decirla, di gay, que es más bonita. Porque también quiere decir alegre.
Rubén: ¿Puedo decir maricón? Eduardo: No, tampoco. Es todavía más fea. Las palabras son como las personas. Tienen semblantes y cuerpos. Esa que dijiste primero está picada de viruela. Y, a la segunda, le salen pelos y forúnculos.”
En esta primera parte hay todo un tratamiento sobre la homosexualidad, el coqueteo, la represión sexual, pero muy pronto queda claro que Rubén ni es gay ni mucho menos busca una aventura con Eduardo, Rubén se acercó a Eduardo porque quiere hablarle de Alicia, Eduardo le dice que él no recuerda a ninguna Alicia en especial, que a lo largo de su vida ha tenido un sinfín de alumnas, al final, Eduardo le pide le diga quién es Alicia y qué quiere de él.
Alicia resultó ser una antigua novia de Rubén con quien incluso se iba a casar, fue una joven estudiosa, dedicada, muy disciplinada, y, sobre todo, era admiradora del profesor y crítico de arte Eduardo. Alicia había leído sus libros, asistido a sus conferencias, a todas sus clases, tenía guardado todos los recortes periodísticos donde Eduardo escribía sus artículos sobre arte, sin embargo, Rubén se encontraba en el departamento de Eduardo porque hace algunos años había sucedido lo siguiente.
Eduardo siempre les enseñaba a sus alumnos que si no se posee talento artístico este se adquiere con mucho trabajo, disciplina, dedicación, etc. derivado de ese consejo y por gusto propio Alicia quiso ser pintora, realmente dedicó varios años de su juventud a trabajar y pintar. Alicia siempre le decía a Rubén que sin la presencia de su maestro Eduardo ella no se dedicaría a la pintura, que gracias a él se sentía completa, que sus enseñanzas eran profundas, penetrantes, un ejemplo es cuando Eduardo en clase les enseñó a todas las alumnas sobre el simbolismo que poseía una pintura de Mondrian, Alicia trataba de explicarle a Rubén de la siguiente manera:
“Alicia: (cada vez más excitada.) A ver si te lo puedo explicar con un ejemplo. Mira esta reproducción. Es de Mondrian, un pintor holandés. ¿Qué ves en ella? Rubén: Dos cuadrados azules sobre fondo blanco. Dos pares de líneas simétricas, horizontales y transversales. ¿Es un cuadro, eso? Alicia: Es una vida humana a la que le quitaron la razón de vivir. A la que vaciaron de todo contenido vital y redujeron a pura forma. Es decir, a una serie de rutinas: levantarse, tomar el ómnibus, entrar a la oficina o a la fábrica, pasarse ocho horas llenando fichas o ensartando agujas, salir a la calle, tomar el ómnibus. Así, todos los días, las semanas, los meses, los años. Una vida que perdió la novedad, la esperanza, las ilusiones y el alma. Una existencia que se volvió repetición, una camisa de fuerza, una cárcel. Rubén: Bueno, Eduardo Zanelli debe ser un mago si es capaz de hacerte ver todo eso en un par de cuadritos azules sobre fondo blanco.”
Al paso del tiempo Alicia presentó su propia exposición de pinturas a la que asistió Eduardo, el antiguo profesor de la joven escribió un artículo de crítica de arte titulado: “Ojos bonitos, cuadros feos.” Cuando Alicia lo leyó quedó desilusionada, derrotada, desconsolada, manifestó que lo que más le dolía era la expresión “ojos bonitos”, porque sabía que era una tremenda humillación, con esta expresión el profesor le decía que no tan sólo era una joven sin talento, además, le estaba diciendo que era una niña bonita, engreída, acostumbrada a tener todo por su belleza o por su posición familiar, etc. pero Alicia nos cuenta que no es así, que ella realmente ha trabajado muy duro, su madre ha pasado muchas penas y realizado un gran esfuerzo para que ella pudiera dedicarse a la pintura, ¿Entonces qué pasó?
De entrada, el profesor Eduardo ni se acordaba de Alicia, se acordó cuando Rubén le pronunció el título del artículo, en este instante se dará un interesante dialogo entre los personajes si el artista nace o se hace. En lo personal creo que indudablemente hay disciplinas que se pueden desarrollar con mucho trabajo, esfuerzo, dedicación, entrega, en el terreno literario Gustave Flaubert nos enseñó que se puede llegar a ser un gran novelista después de muchos años de lecturas y escrituras, sin embargo, en lo personal también creo que hay disciplinas en las que no alcanza el esfuerzo sino se viene con el don, ejemplo la seria y grandiosa poesía, el propio Quijote nos enseña que el Poeta nace, no se hace.
Rubén se encuentra en el departamento para vengar a su amada Alicia, pretende asesinar a Eduardo porque producto de su insensible crítica de arte Alicia abandonó todo al extremo de quitarse la vida, aquí empieza otra parte clave de la obra de teatro consistente en conocer la actitud, posición, conducta y reflexiones de un hombre de sesenta años de edad ante la posible cercanía de la muerte. Gran historia, gran obra, dejo abierto el telón.
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