Como suele suceder con mucha frecuencia, después de una derrota se buscan culpables de ocasionarla o no haberla evitado, contrario a cuando los triunfos brillan, entonces abundan quienes creen ser merecedores de atribuírselos. Ya está sucediendo en el PRI, donde el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz está pidiendo la cabeza del dirigente priista Alejandro Moreno. No es para menos, pues el PRI perdió en todas las entidades donde ahora gobierna, incluida Campeche, la tierra del dirigente nacional. Pero, ¿realmente la derrota es atribuible exclusivamente a “Alito”, y no a circunstancias que confluyeron, entre ellas la traición de gobernantes actuales? ¿Con otro dirigente el resultado hubiera cambiado? Como el hubiera es hipótesis sin respuesta válida, lo más conveniente para el ex partido hegemónico es reconstituirse cuanto antes y empezar la lucha política lo más pronto posible, de otra manera quedarán, otra vez, como el chinito “nomás milando”.