martes, noviembre 5, 2024

Como plearse con la cocinera

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Entre los frentes de conflicto abiertos por el presidente de la república está su confrontación con los medios de comunicación a los cuales califica de “conservadores”, con escritores, con intelectuales no afines, “fifís”, los llama, con historiadores, etc. Es una mala señal y pésima estrategia porque incurre en error garrafal. Es bien sabido que la vida activa del político es más acentuadamente imperecedera respecto a los medios, porque mientras aquel opera en márgenes delimitados por las circunstancias y los tiempos establecidos en rígidos periodos constitucionales, los medios de comunicación permanecen casi inalterables y al margen de esos parámetros; por sus páginas, cámaras y micrófonos transitan generaciones de políticos, y sus pasillos guardan huellas del principio y final de los actores políticos. Si a este enfrentamiento conflictivo se agrega la pugna con científicos e intelectuales de todas las ramas del conocimiento, se cierra un círculo de malos presagios, porque ¿quién escribe la historia y matiza sus aconteceres? ¿a quién corresponde traducir en memorias las acciones de los políticos? Eso y más encierra el significado del “Manifiesto por la república, la democracia y las libertades” suscrito por cientos de intelectuales, historiadores, científicos, etc. invitando al voto duro contra Morena. Bien decía el clásico: pero, ¿qué necesidad?

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