La candidatura de Clara Luz Flores -que tanto entusiasmó en su momento al presidente López Obrador porque vio en la expriista la oportunidad de conquistar un estado que siempre se le ha resistido en su proyecto político- terminó relegada a un tercer lugar en las encuestas por la gubernatura de Nuevo León y abandonada por la 4T que no pudo en campaña contra las poderosas estructuras políticas y empresariales de la entidad norteña que le declararon la guerra a la candidata lopezobradorista.
Ni el poderoso consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, a quien el presidente le encargó operar el proyecto con el que pensaban tomar el poder en Nuevo León, pudo hacer que Clara Luz fuera aceptada por los grupos empresariales regios ni que se posicionara en el electorado.
Y aunque hoy se escucha que desde Palacio Nacional preparan expedientes judiciales y electorales con los que buscarían afectar, impugnar o de plano anular el resultado electoral, que van desde acusaciones en contra del candidato de MC, Samuel García, o denuncias para pedir la anulación de casillas y buscar la nulidad total del proceso, la realidad es que hoy, a cinco días de
las votaciones, Morena y su candidata ya no pintan nada en las elecciones nuevoleonesas.
Qué tan sola y abandonada estarán viendo a Clara Luz Flores que hace 10 días, precisamente el priista Adrián de la Garza buscó a la candidata de Morena para que se reunieran en privado y
hacerle una propuesta.
El encuentro, nos dicen fuentes muy cercanas, tuvo lugar la semana antepasada y al lugar llegaron acompañados los dos candidatos, aunque en la reunión el diálogo fue solo entre ellos dos. De la Garza le propuso directo a Clara Luz una declinación de su candidatura en favor de él, a cambio de una negociación de posiciones en el gobierno estatal para su grupo político y sus principales
colaboradores.
La candidata morenista escuchó atenta la propuesta y puso ciertas condiciones y, aunque no la rechazó, pidió tiempo para analizarla y para “hacer las consultas necesarias”.
Dichas consultas, nos dicen las fuentes, se hicieron por supuesto a Palacio Nacional y a la dirigencia nacional de Morena. Pero la respuesta, tanto desde el Zócalo como desde el CEN morenista fue contundente: “De ninguna manera podemos declinar en favor del PRI y de su candidato, eso es algo que iría en contra de los principios del presidente y del movimiento”.
Dependiendo del resultado final y de quién gane la gubernatura, podría haber distintas acciones para tratar de desacreditar al candidato ganador y descalificar el proceso electoral, ya sea
por la vía de las impugnaciones electorales ante el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que buscarían llegar a una posible anulación de la elección o por la vía de activar y procesar las acusaciones judiciales contra los candidatos ganadores, como las dos denuncias que ya inició la Fiscalía General de la República el 11 de mayo por “compra del voto” en contra de Adrián de la Garza, y por “aportaciones en dinero o en especie de origen ilícito” recibidas en la campaña de Samuel García, por las que acusan también a su esposa, a su padre y a su
suegro.
Cualquiera de esas acusaciones podría llevar a la FGR a judicializar el expediente pasando los comicios y de esa forma se buscaría incidir en el resultado electoral de Nuevo León que claramente será desfavorable para Morena y para su candidata Clara Luz Flores. Es decir, que como en el futbol, el presidente y su partido buscarían recuperar en la mesa, en este caso del Tribunal
Electoral o de los jueces federales, lo que no pudieron ganar a juego limpio en Nuevo León.