A pocas horas de cerrarse el ciclo correspondiente a las campañas de proselitismo electoral, como siempre, la especulación del momento radica en despejar la interrogante sobre cuál será el resultado de la elección del día 6, en la cual están en juego mil 926 alcaldías, mil 063 diputaciones locales, 300 diputaciones por el principio de mayoría relativa más 200 por el de representación proporcional y 15 gubernaturas estatales, un significativo coctel de cargos que cambiarán el mapa político del país y reconfiguraran las fueras políticas que se mueven en el escenario nacional. En el ámbito de las entidades federativas, de todas las siglas partidistas, MORENA está en tesitura de mucho por ganar y nada que perder, pues no gobierna aún en ninguna de las que están en disputa y sin duda agregará algunas más a las seis que ahora tiene. No ocurre igual en legislaturas locales ni diputados federales, que es el meollo de su atención: ganar la mayoría absoluta y acercarse lo más posible al rango de la mayoría calificada en la Cámara federal de diputados y conservar la Jucopo en las legislaturas donde ahora mayoritea buscando hacerse de algunas más. ¿Podrá?