La nuestra es una democracia producto de ricas experiencias históricas, en lo profundo de los tiempos queda aquella versión del dicho del presidente Juárez acerca de la intervención del gobierno en esos procesos: “si el gobierno no organiza la ¿quién lo hará?” Era una verdad que correspondía a sus tiempos, sin duda. Pero aquello perduró hasta la creación en 1990 del Instituto Federal Electoral cuando la reforma de 1996 atribuyó a esa Institución la facultad de organizar las elecciones y dejó fuera al Secretario de Gobernación. A partir de la elección de 1997 ya nada fue igual y nuestra democracia ha venido perfeccionándose porque en cada proceso electoral recoge valiosas experiencias. Para cerrar el círculo conviene una mayor participación ciudadana, es decir aprovechar el voto para expresar nuestra voluntad política. Hoy es el día.
v