Por Edgar Hernández*
Agoniza un presidente y nace un candidato.
Desvencijado, por decir lo menos, con los hombros caídos, el rostro de un brutal cansancio y con esas desesperantes pausas por su ininteligible lenguaje, el presidente López Obrador abre un nuevo frente al exhibir el odio que le tiene al prestigiado notario Ignacio Morales Lechuga, quesque “porque no fue candidato a la gubernatura de Veracruz”.
Revive de una manera malhecha y con verdades a medias, una página de la historia política de México en el marco del crecimiento inusitado de la izquierda a finales del siglo pasado bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática.
De paso se erige, sin serlo, en el que impidió al pozarricense la candidatura cuando el mesías y dedo del señor que decidía era en ese entonces Cuauhtémoc Cárdenas, jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Testigos de la historia en torno a la candidatura para el gobierno de Veracruz que ni siquiera ganaron en ese entonces, fueron Arturo Herviz Reyes, presidente en turno del PRD, Elías Miguel Moreno, Secretario General y el resto del comité estatal entre los que se encontraban Uriel Flores, Donato Flores, Agustín Mantilla, Manuel Huerta, Victor Molina Dorantes, Angel Pérez Silva y Galdino Diego.
Eran los integrantes del Comité Central y en ese entonces ya estaba operando para la construcción de dicha candidatura el propio Domingo Alberto Martínez Reséndiz.
Vele señalar que de hecho es el propio Peje quien avala la candidatura de Morales Lechuga dado que en ese momento, en 1998, el aspirante iba a la punta de las preferencias electorales avalado por el PT y el Partido Verde.
En la disputa de las tribus de ese entonces se señaló como desventaja en contra de Morales Lechuga, poseer información clasificada y expedientes secretos de seguridad nacional, como si ello fuera impedimento.
Pero lo fue para esa obtusa dirigencia nacional.
La historia, por tanto, no es como la relata López Obrador, quien suma una más a las 57 mil mentiras o verdades a medias que ha dicho a los largo de tres años en sus mañaneras.
Por su parte y en respuesta a este lance el prestigiado abogado, ex procurador de la capital del país y general de la República, Rector de la Libre de Derecho, presidente de los notarios en la capital del país y poseedor de una amplia experiencia en la política interna a nivel nacional y estatal –fue subsecretario y Secretario de Gobierno con Acosta Lagunes- le respondió de manera breve pero elegante señalando que no ser rencoroso.
“A mí no me ha hecho nada Presidente López Obrador, y si lo hizo no me acuerdo, no soy rencoroso. A quienes sí ha dañado es a los mexicanos y de manera especial a los pobres”, escribió el también el ex embajador de México en Francia.
Antes, Morales Lechuga, vía twiter, observó el inopinado encuentro entre Claudia Sheimbaum y Cuitláhuac García que ha provocado numerosas reacciones en contra.
Al respeto opinó que “Si Sheimbaum quiere apoyar a Veracruz, se lo agradecemos, necesita una limpia de funcionarios estatales y municipales involucrados con el narco y una justicia que no reprima la libertad de crítica con el delito de ultrajes. Fácil, y otro gobernador pues Cuitláhuac no puede”, escribió Morales Luechuga en otro mensaje. “55 asesinatos en Veracruz en 17 días. Todo un ejemplo para el país”, dijo.
Y eso como se dice en estas tierras ¡Calienta!
Ello provocó el enojo del sexagenario presidente que con más ganas de irse a dormir que seguir peleando persiste en la necedad de defender lo indefendible.
De hecho, se la tenía guardada a Morales Lechuga, quien en su último discurso en un evento político virtual el Xalapa, el notable político veracruzano censuró al gobierno de Cuitláhuac García y citó que “Veracruz es más grande que su gobierno”.
Ayer mismo decidió el reviere.
Pero además, como si fuera matraquero de mitin de pueblo López Obrador al final de su “Mañanera”, le gritó a Cuitláhuac “¡Estamos contigo siempre! cuando el grito de batalla debió haber sido ¡Estamos contigo siempre, veracruzanos!
Tras el diferendo y la puesta en escena de Morales Lechuga por el propio presidente de la república en medio de la confusión política que vive Veracruz por su mal gobierno, hay quien opina que el único capaz de regresar la seguridad y paz pública a los veracruzanos es Ignacio Morales Lechuga.
En Ignacio Morales Lechuga podría repetirse la historia de don Fernando Gutiérrez Barrios traído a Veracruz ante la ola criminal asentada en territorio veracruzano.
Morales Lechuga podría ser la opción.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo