La Mujer andaba bien preocupada cuando de sopetón, enfermé. Sí, así de sopetón. En la mañana, como si nada, estuve haciendo y deshaciendo; salí con los canes, les di de comer a los mininos, preparé el desayuno y las actividades de siempre… pasado el mediodía apenas iba terminando la columna, cuando le dije a la Mujer que quería cama (pero otra variedad, dijera Mecano) y de allí pal real, ¡bien perdido! Un chingo de calofrío! Haga de cuenta que me hubiera metido a Ojo de Agua o Nogales (los de Orizaba entenderán) o anduviera más frío que Gonzalo Vicencio Flores en un salón lleno de morenos. Luego, la fiebre y el alucine: rodeado de una especie de chamanes, entre siete o nueve, rezando y cantando para que me curara pronto.
(Iba a poner que eran unos siete mulatos alrededor mío pero ¡hijos! si pongo eso, capaz que para las próximas elecciones soy candidato a Gobernador o Diputade!
Y luego, ¡la pesadilla! (Sí,iba a poner que no fue pesadilla lo de los mulatos, pero es seguro que muchos hablen de que no fue Fiebre, sino sueño húmedo… aunque acá entre nos, la neta-la neta, fue chido en el alucine ver a estas personas orando y cantando por mi salud… ¿las habrá mandado Ramos Alor? ¡Sí! ¡Creo que voy que vuelo para candidato de Morena!)
¡Ah, la pesadilla! Imagine el querido lector que apenas cerraba estos ojazos que Dios me dio y lo primero que aparecía en mi cabecita ¡era un diputado!
No, no era el Diputade… ¡saludes!
Tampoco era Juan Javier Gómez Cazarín, quien días antes había sido dado de alta aunque yo lo sigo viendo chaparrito, aunque eso sí, menos cachetón. O se hizo la cachetomía o de plano sí le pegó duro la Neumonía combinada con Covid.
Por cierto, la Mujer andaba preocupada de que me enfermara porque hace siglos, tuve broncas en los bronquios y el dolor que sentía en pulmones, fuera en espalda o torso, a la hora de respirar, reír, toser o lo que fuera, era un poquito más arriba de lo que han de sentir las mujeres al parir.
¡Ah! ¡La pesadilla! Pues entonces, cada vez que cerraba mis oclayos, veía al diputado Sergio Gutiérrez Luna dialogando con personas… una y otra vez esa imagen se me revelaba al intentar conciliar mi sueño que acabó en pesadilla…
Sinceramente, creo que la Mujer y yo tuvimos mucha suerte de enfermar de esta variante y no hace dos años. ¡Vamos! Sí, tiene razón Cuic: No hay necesidad de hospitalización… al menos en nuestro caso no la hay y lo deseo para quienes igual enfermen…
La mujer se acabó una caja de té de manzanilla. Yo, simplemente la idea de tomarlo, la rechazaba porque mi cuerpo demandaba ¡café! ¡Sí! (tampoco puse un negro bien caliente porque si no, a estas alturas, dan golpe de estado y soy Gobernador)… ¡No se imaginan el enorme alivio que sentía cada vez que mi cuerpo era alimentado por esta panacea!
Creo que me empecé a sentir mejor cuando la Mujer me decía “Toma Té!” pero mi mente esperaba un “Toma Me!”… qué bueno que nunca me ofreció “Melox” porque en una de ésas, mandaba el reposo a la fregada…
Aunque no lo crean, sólo hay algo que me preocupa: la tos de la Mujer… ¡no para! Su hermana, que es Médico (¿o Médica? pero no Médique), le dice que esos accesos de tos son porque habla mucho… hay cosas que la ciencia simplemente no puede explicar: ¿Cómo decirle a la Mujer que se mantenga callada para que ya no la haga de tos? ¡Explíquenmelo!
Creo que ya me voy sintiendo mejor porque vi a Don Julio y que le echo ojitos… ¡otra vez! ¡La botella de Tequila que tengo de reserva!
Como sea… a estas alturas y a estas líneas de la columna, la temperatura volvió a bajar y se intensifica un poco el dolor de garganta… No obstante, me di la oportunidad por la mañana de comprobar una vez más que los rayos solares obran milagros, por lo que me di un ligero baño de Sol… el cuerpo lo demandaba… iba a poner que me sentí como un hijo de Kriptón, pero sabiendo cómo es el lector, y con los antecedentes de mi fiebre, pesadilla y mis cuasi candidaturas en Morena, es posible que dijeran que más que hijo de Kriptón ¡fuera hijo de Plutón!
¡Creo que le vamos ganando al Ómicron!