La alternancia que reina desde este nuevo siglo vino a darle un nuevo sabor a la designación de candidato en los Estados… si bien, en el siglo pasado, había siempre aquellos a los que su corazoncito les “hachía achí” por ser el ungido del Señor (Presidente), la militancia igual era institucional y sólo estaba a las vivas esperando cachar la señal del Divino para ahora sí, toda la perrada, la borregada o caballada se inclinara por el Bueno y no errarle, no irse de bruces y tampoco con la finta… equivocarse equivaldría a estar seis años en la banca… esto, en lo que respecta a lo que era el partido en el Poder, los tiempos de gloria del PRIato, donde de todas, ganaba casi todas… la alternancia con el PAN vino a darle al juego del PRI nuevas reglas… así surgieron los virreinatos.
Hasta donde se pudo, los gobernadores del PRI conformaron con su partido, un bloque opositor interesante durante los dos sexenios en que asumió el poder el PAN, tan así, que el partidazo retuvo la mayoría de sus fueros… Durante ese lapso, cada mandatario estatal tuvo la oportunidad (fuera en consenso con el partido o sin él) para designar a su sucesor… era algo así como ¡la Plenitud del Pinche Poder! ¡Los virreinatos! Hasta que la alternancia los alcanzó.
Hoy, con Morena gobernando y amenazando (es un decir lo de la amenaza) con ampliar su extensión este 2022, el Presidente López Obrador ha dejado visos de que el Poder lo ha tentado para volver a jugar el Juego del siglo pasado, el mismo juego del PRI en los tiempos en que se amarraba a los perros con longaniza… pero a la vez, es de los que empodera a sus subalternos y hasta el momento, suelta el hilo del papalote porque los vientos así lo ameritan…
Se les dice “Subalternos” porque al igual que en el PRIato de sus mejores momentos, para éstos, no había figura más venerada, adorada, respetada, cromada, que la del Presidente. Es decir, con Morena no sólo se revive, sino que se incrementa el Presidencialismo de manera recalcitrante.
Bien… pues uno de esos subalternos empoderados es Cuitláhuac García, que puede tener más altibajos que Montaña Rusa en el escenario local y nacional, que puede tener las más duras críticas por parte de los columnistas de la aldea como de los externos, que incluso puede ser mal visto por otros morenos por sus arranques, limitaciones políticas e intelectuales pero que para el Presidente no deja de ser un buen hombre, honrado, con buenas intenciones y eso es suficiente para estar en la gracia del Señor.
Por ese espaldarazo o empoderamiento que el Pejedente le dio al mandatario estatal, ya hay quienes le ven atribuciones para que este 2024, Cuitláhuac decida a su sucesor… entonces, a la corcholata de Nahle se le suman otros alfiles que van desde el secretario de Gobierno Bola 8 (impedido porque ya gobierna), hasta Zenyazen Escobar, titular de Educación quien hasta el momento es el único de los precandidatos que se mantiene en la institucionalidad y el respeto tanto con sus acciones como con sus dichos…
Seamos sinceros… si usted cree que Cuitláhuac tenga tamaños para decidir a su sucesor por sí solo, vaya escribiendo su carta a los Reyes Magos… si usted cree que Rocío Nahle ya es la candidata para el 2024, por algo no le trajo nada Santa Claus… el Pejedente, hijo del priísmo puro, hechura del PRIato en su apogeo, con sangre roja por sus venas, conoce las reglas del juego… pero también sus tiempos… y todavía no es tiempo para cantar candidato…