En 2022, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) concentrará buena parte de sus esquemas de realización de obras en la zona del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, como parte de una serie de trabajos que se llevarán a cabo este año gracias a una ampliación presupuestal para la dependencia que deberá confirmarse en los próximos meses, afirmó Román Meyer Falcón, titular de dicho organismo.
El funcionario dijo confiar en que la baja presupuestal de más de 20 por ciento que tendrá la Sedatu en 2022 respecto del año anterior se verá compensada por el mencionado reajuste, para que no se alteren las metas de los programas de mejoramiento urbano y vivienda social.
El funcionario señaló que, tras concentrarse en 2021 en la realización de obras en los alrededores de proyectos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y el Tren Maya, en 2022 se invertirán casi 3 mil millones de pesos en la región del Istmo de Tehuantepec.
Esta primera etapa de trabajos del año abarcará un total de 12 localidades de Oaxaca, por mil 151 millones de pesos; ocho de Veracruz, por mil 16 millones, y la zona del río Grijalva, en Tabasco, por otros 699 millones.
Para las etapas dos y tres de las obras que planea realizar este año la Sedatu –en diversas localidades de los estados de México, Yucatán, Nayarit, Sonora, Quintana Roo, Morelos, Jalisco, Guerrero, Tlaxcala, Chiapas, Coahuila y Baja California Sur, las cuales tendrán un costo de más de 6 mil 700 millones de pesos– será necesario que se confirme una ampliación a los fondos del organismo.
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, la Sedatu recibirá un total de 12 mil 900 millones de pesos este año, equivalentes a una baja de 25.3 por ciento en términos reales respecto de 2021.
“Estamos conscientes de esa reducción de recursos. Sin embargo, hemos ya tenido pláticas con el señor Presidente y con el secretario de Hacienda, y la Sedatu sería susceptible a una ampliación presupuestal en los próximos meses, cosa que ha pasado anteriormente, no es poco común”, afirmó Meyer.
De acuerdo con el funcionario, los programas de Mejoramiento Urbano y Vivienda Social no se verán afectados este año por la citada baja presupuestal ni por el aumento en los precios de los materiales de construcción, ya que éste no ha sido tan alto a pesar de la inflación, además de que la Sedatu procura no utilizar estructuras metálicas en sus obras –que son más costosas–, sino de concreto armado.
Meyer confirmó que en todo el país existen 8.5 millones de viviendas con rezago habitacional, es decir, que están hechas con materiales precarios o donde sus residentes viven hacinados, pero resaltó que los más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social “marcan que ha habido una disminución” en ese aspecto. Luego de subrayar que el actual gobierno dejó de lado la política de otorgar subsidios para la construcción de viviendas en sitios muy alejados de los principales centros de trabajo o estudio, el titular de la Sedatu resaltó que 80 por ciento de las necesidades de quienes sufren de rezago habitacional se puede resolver con estrategias de autoproducción de vivienda, por lo que esa seguirá siendo una de las principales apuestas de la dependencia.