La primera vez que Ricardo Monreal recibió en el Senado a Adán Augusto López, recién nombrado secretario de Gobernación, el líder parlamentario trató con cierto desdén al político que acababa de ocupar el despacho del Palacio de Covián en sustitución de Olga Sánchez Cordero.
Sin salir a recibirlo, cuando el tabasqueño apareció en su despacho, Monreal le pidió a Adán que se sentara y esperara mientras él terminaba de platicar una anécdota que le estaba contando a otra persona que estaba con él en su oficina. El secretario esperó paciente unos minutos a que el senador terminara su plática y cuando eso ocurrió y al senador le avisaron que ya estaban listos todos los coordinadores parlamentarios de las bancadas, sin hacerle mayor plática le pidió al titular de Segob que lo acompañara a su primer encuentro con la Junta de Coordinación Política del Senado.
Han pasado casi cinco meses de aquella primera visita de Adán Augusto al Senado y en ese tiempo la relación de fuerzas entre él y Monreal al interior de la 4T dio un giro impresionante. El sábado, cuando acudió a la reunión plenaria de la bancada de senadores de Morena, la escena fue casi a la inversa: el titular de la Segob llegó empoderado, en actitud de salvar a Ricardo Monreal, que acababa de enfrentar en la semana una revuelta interna en su grupo parlamentario que casi le costó la coordinación. Ya no hubo esperas ni desdén para él y sí todos los reflectores y la atención de un amplio grupo de senadores que le rendía pleitesía.
Hubo en el ínter de esos meses, encuentros y desencuentros entre Adán Augusto y Ricardo Monreal. Cuando el presidente mandó su propuesta al Senado para que Victoria Rodríguez fuera la nueva gobernadora del Banco de México, el secretario llamó al coordinador y le pidió que el presidente le pedía procesara “de inmediato” el nombramiento que debía ser votado por los senadores. “Sí, claro lo vemos en los próximos días”, le contestó el zacatecano. “No, el presidente lo quiere de inmediato, esta misma semana”, insistió el tabasqueño levantando la voz. Y el nombramiento de la gobernadora de Banxico, que fue recibido el 25 de noviembre pasado, se aprobó en fast track y exactamente una semana después, el 2 de diciembre estaba avalador por el Senado.
Para decirlo claramente, Adán Augusto López se dio el lujo el sábado, cinco meses después de aquel primer desdén con el que lo recibió el líder senatorial, de ser al mismo tiempo el verdugo y el salvador de Ricardo Monreal. Sólo que ahora que ya tiene el control de la mayoría de senadores, el operador presidencial quiere que el político zacatecano se convierta en otro empleado más del presidente y que su coordinación se convierta sólo en una oficialía de partes para recibir y aprobar todo lo que pida el presidente. Y ahí faltaría ver si Monreal está dispuesto a ser sólo uno más de los senadores sumisos y disciplinados o si, en algún punto decide tomar otra ruta.
Por lo pronto, para que no haya dudas del buen trabajo y operación que hizo Adán Augusto sometiendo al cimarrón zacatecano, ayer el presidente López Obrador dijo dos cosas que se refieren claramente a Ricardo en su mañanera: primero que la encuesta seguía siendo el mejor método y el más confiable para elegir al candidato presidencial de Morena en el 2024 y segundo, que “las puertas de Palacio están abierta para Monreal y hasta para los adversarios”. Es decir, que a Monreal ya lo ve más como adversario que como de casa, pero aun así lo invita a regresar al redil de la 4T.