miércoles, abril 24, 2024

Serénese don Manuelito, serénese…

Como era de esperarse el Kremlin hizo caso omiso de la inexplicable solicitud de Washington para que no diera a conocer la respuesta de la propuesta para que se aplicara la declaración de Minsk; por lo que todo indica que no habrá entendimiento ni para nuevas pláticas…

Por lo que se esperan más sanciones mutuas, porque Rusia no se quedará con las manos cruzadas; pero en lo personal aún dudo que estalle una conflagración a gran escala; ni siquiera porque de última hora se sabe que Biden envió tropas a Polonia y dice que seguirá enviándolas…

Y aunque sabido es que las “tropas” no son del Ejército de EE.UU. sino de “ejércitos particulares”, es decir, de mercenarios pagados y armados por ellos.  Washington debe suponer que en esta ocasión no saldrían bien librados y la respuesta llegaría hasta su territorio; y es de esperarse que así sea.  Ya que, de lo contrario, todos vamos a salir perdiendo.

Cambiando de tema…

Emulando la filosofía de la nueva versión del cuento de “La Bella y la Bestia”; protagonizada magistralmente por “La Bella y el Chulo”, de que “business are business”, o sea, “la lana es la lana”…

Los investigadores ¿? llegaron a la conclusión de que las medidas sanitarias, en especial los confinamientos, tienen un escaso efecto, o nulo, en la mortalidad por covid-19.  Y que las políticas de cierres como respuesta a la pandemia, deben ser rechazadas, ya que suponen enormes costos económicos y sociales…

Lo que nos regresa al principio del pandémico negocio, cuando se dijo que se tendrían que morir los que tenían que morirse; refiriéndose a los previamente enfermos.  Como siempre ha sucedido y seguirá sucediendo; pues la sentencia obedece a la Ley del más Fuerte…

Y lo estamos viendo en naciones de enfermos, como los EE.UU. y nuestro México, que ocupamos el 1er lugar en el mundo con personas con sobre peso; y el segundo lugar con diabéticos jóvenes.  Allá van por el millón de fallecimientos y aquí por 700 mil…

Aunque las cifras del Presidente cardiópata sean distintas.  Y todavía, como si quisiera dejar viuda a la señora Gutiérrez y desamparado a nuestro México -según él ¡claro!- se pone a comer tamales de chipilín por el día de la Candelaria…

Por lo que la panza le ha crecido notoriamente; aunque hay que decirlo de manera clara, no tanto como la nariz.  En fin.  El caso es que el mundo está echando reversa, al darse por vencido ante el bicho defensor de la Madre Tierra que, dicho sea solo de paso, ya está sobrepoblada de otros bichos todavía mucho peores que los chipotudos; o sea, nosotros…

Toda vez que, lo que más producimos los seres humanos, es basura; miles de toneladas de basura diariamente.  Por lo que La Madre Tierra envía de cuando en cuando sus glóbulos blancos -los virus- para que se despache a unos cuantos…

Aunque sabido es en las epidemias no se mueren todos; pues hay quienes, aun siendo parásitos -nunca dejaremos de serlo, pues no pertenecemos a La Tierra, ya que no encajamos como eslabón de ninguna cadena ecológica- no se comportan de la misma manera y por eso a ellos no les pasa nada…

¡Vaya! ni siquiera se han enterado de la pandemia; y, por consiguiente, no se han aplicado las “vacunas” -que no lo son- y continúan su vida como siempre.  Pues todavía no se ha sabido que los budistas se hayan contagiado, ni padezcan otro tipo de enfermedades como el cáncer, la diabetes, la psoriasis, el lupus y tantas y tantas más que obedecen a una mala alimentación…

Pues han de saber ustedes, amables lectores, que los seres humanos -convertidos en inhumanos por causa de las porquerías que comemos- Y aunque los “científicos digan lo contrario; a pesar de que tenemos colmillos, no somos ni carnívoros, ni omnívoros.  Sino frugívoros…

Los gorilas y los orangutanes tienen también colmillos y solo comen frutas y hierbas; y cabe subrayar que son totalmente pacíficos.  Al igual que los budistas, que nunca han participado en una guerra, ni cuando los invadieron en el Tíbet…

Cada especie tiene su propia alimentación; y si se le cambia, irremediablemente se enferma.  Por ahí dicen que Adán -no Augusto, el secretario de Gobernación, que ha de comer carne todos los días, de ahí que en su natal Tabasco impulsó la “Ley Garrote”, que luego se convirtió en “Ultrajes a la Autoridad”– y su compañera Eva, fueron expulsados del Paraíso terrenal por comer del fruto prohibido…

Historia copiada, como toda la Biblia, de la Mitología griega -y Asiria- cuando Prometeo fue expulsado del Olimpo por haberle regalado el fuego a los hombres…

Cita que se aprovecha para recordar, una vez más, las palabras del Maestro Hipócrates (470 – 360) “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.  Y que en EE.UU. y algunas partes de Europa, hay clínicas en donde los enfermos se internan durante 40 días y solo les dan jugos de frutas.  ¡Y se curan!…

Sería bueno que Biden y el otro al que parece que le explotó el boiler, el tal Boris Johnson, se internaran en una de ellas, a ver si así se ponen en paz.  Pues, siguen enviando armas a Ucrania; aunque estas sean obsoletas y no les servirían de nada para enfrentar a Rusia…

Pero sí para que puedan continuar combatiendo en la región de Donbass, en el Este de Ucrania, contra los independentistas de Donetsk y Lugansk, quienes se encuentran en guerra desde la separación de Crimea y su anexión a la Federación Rusa.

Cambiando de tema…

Del asco quedó la diplomacia mexicana con la designación de Pedro Salmerón –el multi señalado acosador de mujeres- como embajador de México en Panamá.  Y todavía peor, cuando el Presidente, a quien ya le están sacando sus trapitos al Sol, o, mejor dicho, sus hijitos al Sol, pues calificó de ¡inquisidora! a la titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, Erika Mouynes…

Por lo que, utilizando las palabras que tan frecuentemente utilizaba, se le podría decir: Serénese don Manuelito, serénese.

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

otros columnistas

De los montajes…

¡Sopas!…

Que farsa…

Cachorros finos…

¿O sí?…

Congruencia, señores…

De escándalo…