martes, abril 23, 2024

Despertar ciudadano tras la debacle electoral de Morena

Por Edgar Hernández*

Para los gobiernos federal y estatal dejó de ser un asunto menor lo sucedido el pasado domingo en el marco de las llamadas elecciones extraordinarias.

Y para la ciudadanía, partidos políticos opositores y enemigos del régimen de la llamada Cuarta transformación es un indicador, una tendencia de lo que eventualmente sucederá en los dos escenarios más importantes por venir:

La “Revocación del Mandato” el próximo 10 de abril y para el 2024, la sucesión presidencial, acompañada de la renovación del Congreso de la Unión y el cambio de estafeta de 9 gubernaturas, entre ellas Veracruz que juega un papel clave como cuarta reserva electoral de la República.

El resultado en urnas el pasado domingo en Veracruz y Oaxaca -las entidades más visitadas por López Obrador- donde Morena perdió todo, no es más que el resultado del hartazgo ciudadano ante el cúmulo de angustias sociales.

Y es que, si bien hay dinero y promesas para la tercera edad y otro dinerito más para los chairos huevones, así como programas parciales y selectivos de los llamados del “bienestar social”, para el grueso de la población no hay más que hambre, pobreza y desánimo en el marco de una imparable violencia en calles, pueblos y ciudades no vista en más de un siglo.

El pasado domingo la gente salió a votar, pero también a vigilar las urnas y en una jornada cívica le dio palo a los morenos y de paso borró al PRI, hoy en las puertas de su desaparición.

La historia de Veracruz.

En Amatitlán, única plaza donde Morena se proclamó vencedor de la jornada electoral extraordinaria de pasado domingo, esconde inocultable realidad, que la votación que los llevó a la victoria fue mayoritariamente por el trabajo del Partido del Trabajo.

En Chiconamel, el impecable reporte del periodista Pedro Díaz, Premio Estatal de Periodismo, da cuenta que a pesar de que la dirigencia de Morena apuntaba a una victoria aplastante ya que se dispuso de todo el apoyo del aparato y estamos hablando de una disposición millonaria, se perdió.

Desde el inicio el moreno Margarito Monterrubio -hoy regidor en Huejutla de Reyes Hidalgo- le apostó por Chiconamel colocando a su hijo Aldo Monterrubio al frente del interinato del gobierno y como segunda acción a su nuera, Joselyn Franco Morales, como candidata de Morena y el respaldo del PT.

Con las alforjas llenas, Joselyn, trajo gente de fuera, se apoyó en gatilleros y roba urnas y dispuso de una gran fiesta de la victoria para la tarde del pasado domingo.

Al final, ganó el PRD.

Alex Sánchez Franco, un hombre del pueblo sin recursos, pero con ánimo de echar a patadas a los de Morena, se organizó, llamó al pueblo a dar la espalda a Morena y que se los chinga.

En Jesús Carranza, sucedió algo singular. Se votó en favor del ausente Pasiano Rueda Carrasco, preso por el delito de Ultrajes a la Autoridad, un delito que semanas atrás fue derogado por la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo mandato se niega a acatar Cuitláhuac García.

Bueno, pues en Jesús Carranza, que es una importante plaza electoral, Pasiano ganó por paliza.

“Tu puedes ganar o no un proceso electoral, pero si cometiste un delito, eso no lo exime”, gritó el secretario de Gobierno, Eric Cisneros al conocerse la aplastante victoria electoral de Pasiano, quien fue abanderado por el PT.

“¡Pasiano seguirá preso por un año más en el penal de Tuxpan!”, le advirtieron en gobierno del estado.

Y en Tlacotepec de Mejía, el partido “Podemos”, por el nadie daba un peso, su candidato se llevó una aplastante victoria.

Con una ventaja de más de 70 votos, Carlos García Moreno, anoche se declaró el ganador de la contienda al tener más del 95 por ciento de las actas que le dan una ligera ventaja sobre el cardenista Jorge García Morales.

¿Y Morena?

Pues, Morena al igual que el PRI de Marlon Ramírez, simplemente desaparecieron.

Fueron solo cuatro municipios donde se escribió la historia de una tendencia que de cara a los 212 ayuntamientos tal vez no represente nada en estos momentos.

No así para el 2024 donde casi seis millones de veracruzanos estarán en posibilidades de acudir a las urnas observando el ejemplo de cuatro municipios guerreros que enfrentaron al aparato y a pesar de las presiones, amenazas y compra del voto hasta por mil 500 pesos, mandaron a la fregada a los de Morena.

Para la sucesión gubernamental no falta mucho.

En el último tercio del año próximo esto estará muy caliente de cara a la emisión de la Convocatoria de los partidos políticos para contender en la sucesión gubernamental.

Hacía finales del 2023 vendrán los destapes: el de Morena con Nahle o Gutierritos, mientras la alianza MC, PAN, PRD y PRI, podría darse en favor de Pepe Yunes o Juan Manuel Diez y a ver a como nos toca.

Mientras en la 4T, como en la pandemia, están en semáforo rojo, hay alerta.

La desesperación les empieza a ganar en el establo jarocho. No ven en el inútil de su actual dirigente Esteban Ramírez Zepeta, ni respeto, menos liderazgo y confiabilidad.

Es un chistorete cuya una virtud es ser amigo, con derechos, de Cuitláhuac.

¿Eso basta?

No cabe duda, que el tiempo pone las cosas en su lugar.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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