jueves, marzo 28, 2024

Iván y Santos… hasta Chumel!

Los Políticos

Salvador Muñoz

Hace casi ya 30 años cuando lo conocí… estaba igual que yo, flaco, escurrido, aunque él se veía más corrioso. En el periódico le decían “Janga Janga”, que no recuerdo su significado y si está bien escrito así, porque el Popoluca no es mi fuerte. Era un muchacho de sonrisa amable, muy educado, respetuoso, jamás le escuché una altisonante y se encargaba de cubrir la información que había en Sayula de Alemán y alrededores… junto con Santos López Celdo, José Luis Ortega Vidal, Rolando Gutiérrez, Carlos Delgado Carbajal y uno de apellido Damián cuyo nombre escapa a mi memoria, fuimos una camada de reporteros extremadamente chavos que empezamos en El Diario del Sur de Acayucan a hacer nuestros pininos en el quehacer periodístico al lado de viejos lobos de mar como Carlos Guillén Tapia.

Hoy, Santos López Celdo es responsabilizado por la alcaldesa de Sayula de Alemán, Lorena Sánchez Vargas, por el homicidio de Octavio Acosta, su secretario particular. Incluso, se presentó la edil ante las autoridades correspondientes para presentar la denuncia…

A Iván Calderón no tiene mucho que lo conozco… y fue en una rueda de prensa o evento del PRI, donde empezamos a platicar y encontrar puntos en común. Un chavo alegre, propio de la zona tuxtleca de donde es, y de los jóvenes columnistas que viene empujando muy fuerte al grado que ya emparejó a muchos viejos lobos y a los más lerdos, ya nos rebasó.

El fin de semana me encuentro que Iván Calderón había sido “amenazado”, “notificado”, “avisado”, “amedrentado” o como lo quieran llamar, de que sería “denunciado” por la señora Guillermina Alvarado tras los comentarios que hizo el periodista sobre los desmanes ocasionados por un grupo de personas, en Lerdo de Tejada.

Hablamos pues, de dos comunicadores junto con dos personajes vinculados de un modo u otro, a Morena… una, alcaldesa por este partido; otra, vinculada a Eric Cisneros Burgos, Bola 8, secretario de Gobierno del partido en el poder.

El poder político contra la prensa no es algo nuevo… se ha vivido y sufrido sin importar siglas o colores… muchos que han sido atacados o perseguidos, la han librado como sé que lo harán Santos y Calderón ante sus antagonistas… no conozco a la joven Lorena Sánchez pero su comportamiento habla mucho de ella y de lo que le espera a Sayula de Alemán… por otro lado, la señora Guillermina se ha dado a conocer más por su conducta pública que por su trayectoria política.

No sé quién sea el encargado, pero en Morena debe haber alguien que regule ese comportamiento en sus huestes porque en verdad se están creyendo que son como el negro Tomás: limpios y puros… aunque los integrantes de la Santa Inquisición pensaban lo mismo de sí.

El caso de Chumel Torres, a quien preparan denuncia por violencia política de Género por expresiones verbales contra la senadora Bertha Caraveo, es extraordinario… no dudo de la creatividad e ingenio del youtuber quien se le fue con todo a su paisana, la senadora Bertha Caraveo, senadora por Morena.

Chumel en esta expresión, al parecer, justifica sus decires: “Se supone que eres de Chihuahua… yo soy de Chihuahua y tus pendejadas no me representan”. Y la completa con ésta: “es más, usted no ama a México, ama a López Obrador!”

Creo que a muchos ciudadanos nos ha pasado lo mismo cuando escuchamos a un alcalde, diputado, gobernador o presidente decir algo que va en contra de nuestro sentir. Si ese ciudadano se le acerca a su representante y le reclama en ese tono (tus pendejadas no me representan), se podría estar o no de acuerdo con él… ¿y en su forma de expresarlo? ¡Igual! se podría estar de acuerdo o no, porque quizás, para esa persona, sea el único medio (con altisonantes) para hacerse entender. Ahora, ¿decirle “Estúpida” o “Tarada” a un representante popular es un insulto o parte de la indignación de un chihuahuense que está en desacuerdo con el papel de su representante? No soy de Chihuahua, pero después de escuchar a Caraveo, comparto el sentir de Chumel, que no las expresiones o calificativos…

La comunicación y la libertad de expresión creo que pueden caminar juntas, no sé si unidas, de la mano, o paralelas, muy cerquita; el asunto es que a veces nos cuesta a muchos diferenciar una de otra… Acá, pues, dejo tres casos y uno en especial, que nos podría explicar mejor este binomio en el quehacer periodístico en los días de la Cuarta Transformación.

smcainito@gmail.com

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