viernes, abril 19, 2024

53 años y contando

Sigo siendo el mismo, mis principios y valores se mantienen, algunos han tomado prioridad y otros los he revaluado en matices que no había observado con la claridad que hoy creo hacerlo.

Estoy convencido que la libertad es nuestro mayor y más preciado anhelo; no tengo duda que todos los seres humanos somos iguales, pero festejo cada una de las diferencias que nos hacen únicos e irrepetibles; soy un optimista convencido; no me gusta la uniformidad de criterio, celebro el pensamiento distinto, siempre que sea pensamiento y no proclamas planfetarias y me causan repulsión las ideologías, en todo caso prefiero las ideas.

Tuve los mejores padres del mundo y fabulosos abuelos, pretendo ser un buen hijo, esposo y padre. Mi infancia y adolescencia fueron inolvidables, mi vida con mi esposa es el mejor regalo que la vida me dio, tanto que de ese regalo es que tengo dos tesoros maravillosos y únicos que quiero y ahora admiro más cada día.

Me es inaceptable la violencia en cualquier manifestación, no soy idealista, más bien me considero pragmático, soy creyente en la mayor acepción de la palabra, pero no practico mi religión, me gusta la belleza y la naturaleza, pero me asombro de los logros tecnológicos.

Mi padre me inculcó el pensamiento crítico y científico y este, quiero pensar, es la forma en la que observo la realidad, pero algo me hace sospechar que existen realidades absolutamente incomprensibles que como casualidades imposibles las llamamos milagros.

Estoy convencido del diálogo como arma contra la imposición del fuerte sobre el débil, no me gustan las mayorías sin contrapesos y me resisto siempre al liderazgo del poderoso. Soy lo que soy, en esa extraordinaria complejidad humana. No creo en soluciones fáciles ni en proclamas ideologizadas, siempre son ocasión de las peores manifestaciones de la condición humana y las más terribles tragedias de la historia.

Me considero libre y como hombre libre puedo ser convencido, pero nunca impuesto en lo que no creo o traiciona mis principios. El silencio otorga, lo sé, pero hay silencios que ahogan los gritos de los necios.

Este soy yo, el que cumple 53 años hoy, una cifra que no representa nada en especial, es tan solo una vuelta más en una posición relativa en la rotación alrededor de una estrella. No hay nada en el número, pueden ser pocos o muchos, posiblemente, eso espero, es tan solo que ya viví las dos terceras partes de mi vida.

Ahora mi vida es más sencilla, no busco la aceptación de extraños, si les parece lo que soy, me honran, si les molesta, también. Procuro tratar como me tratan, esa lección de vida la aprendí de la persona más inteligente que conozco, mi esposa. Soy amable con el que es amable, distante con el distante y cercano con el cercano.

Ahora es más fácil, intento ser feliz, la vida es muy corta para darle importancia a lo que no lo es. La vida y la muerte dejaron de ser opuestos, he dejado de ver a seres maravillosos, pero ahora cada día están todos los días más cerca de mi. Paradojas de la vida.

Así que me felicito.

Que sean muchos más.

Jorge Flores Martínez

jorgeflores1mx@hotmail.com

jorgeflores1mx@me.com

Twitter: @jorgeflores1mx

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