HASTA hace unos días, el secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, gozaba de la aceptación popular, tanto de morenistas como de muchos otros ciudadanos ajenos a este partido, para que, llegado el momento político de la sucesión presidencial, pudiera ser ungido como candidato a la presidencia de la república. Al funcionario que ocupa la posición número dos del organigrama interno del gobierno federal, se le atribuían muchas virtudes, sobre todo, la discreción con la que se venía desenvolviendo ante el escenario político nacional, a tal grado de que dicha postura deslizaba la posibilidad de que el mismo presidente de la república, le hubiera instruido guardar todas las formas para no ser señalado antes de tiempo y evitar, al mismo tiempo, el posible golpeteo político que podría venir desde adentro de la misma administración federal o bien por efecto de las críticas de la oposición y de los fantasmas de los adversarios, que según el mismo mandatario nacional, rodean y merodean a su administración federal.
En ese contexto, se había llegado a pensar que constituía la primera opción política del presidente, incluso, sobre la misma jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, como preferente en la futura sucesión presidencial. Sin embargo, se presenta el proceso de revocación de mandato y el secretario de gobernación, es expuesto ante la opinión pública, mandándolo a promover esta consulta, sabiendo de antemano que se corría el riesgo de que pudiera ser acusado de violar la ley, luego de que, como se dijo claramente, ningún funcionario del gobierno, incluyendo al mismo presidente de la república, podía promover este ejercicio democrático, lo que no se respetó, cayendo, sin duda, ante un evidente desacato a la ley y a las disposiciones del propio organismo rector de este proceso, como es el caso del Instituto Nacional Electoral. Adán Augusto López Hernández, pensando quedar bien con su jefe inmediato, rompió con su postura discrecional, poniendo en riesgo la candidatura a la presidencia de la república, la cual no está perdida, porque, finalmente, el que manda en esas cuestiones partidistas de morena, lo es precisamente el presidente Andrés Manuel López Obrador.
López Hernández, fue obligado, a lo mejor con cierta estrategia presidencial, a salir de su enclaustrada posición política, para conocer las reacciones que pudieran darse en ese sentido, luego de que ha sido expuesto ante la opinión pública y ante la misma militancia de morena, como un violador de las leyes del país, lo que también, para el presidente, no es lo importante, pues a él, tampoco le pueden ir con el cuento de que la ley es la ley. De cualquier manera, el secretario de gobernación, ya está sintiendo, en carne propia, los efectos de la revocación de mandato, que si bien, es un proceso innecesario en estos tiempos, también le sirve a López Obrador, para poder establecer lineamientos con el rumbo inmediato de la sucesión. Al exponer a su amigo y cercano colaborador, el presidente, suma nueva estrategia política a su futura decisión política.
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EBRARD, ¿GANA TERRENO POLÍTICO?
CON LOS ACONTECIMIENTOS que ya se desarrollan en todo el país con la referida renovación de mandato, a llevarse a cabo este domingo, donde varios funcionarios quebrantaron la ley electoral, principalmente los dos más señalados para llegar hasta la final en lo que respecta a la decisión presidencial, para definir al candidato de morena, a la presidencia de la república, hay quienes se preguntan, si Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores de México, gana terreno político en su favor dentro del proceso interno que se avecina para definir la candidatura de morena, pues lo mismo que Adán Augusto López Hernández, también Claudia Sheinbaum, jefa del gobierno capitalino, cayó precipitadamente en la violación de los preceptos electorales, al volcarse a promover la consulta popular, con afanes de quedar bien con el presidente de la república, sin darse cuenta que esta instrucción presidencial, podría ser una verdadera trampa política.
Marcelo Ebrard, hay que recordarlo, es considerado también como uno de los cercanos colaboradores del presidente, es decir, el famoso carnal, como se le identificó en un principio dentro de los ánimos presidenciales, por lo que, desde hace tiempo, fue casi el primero de los funcionarios del gobierno federal, al que se enlistó para alcanzar la candidatura de morena a la presidencia de la república. Vinieron después otros destapes que se acumularon a esta versión, destacando la de Claudia Sheinbaum, a la que se le comenzó a considerar como la única opción presidencial.
Hoy, las cosas se mueven en otros sentidos, es decir, no hay una decisión que pudiera concebirse como exacta y definitiva, aunque, eso sí, los acontecimientos políticos derivados de la consulta popular, pudieran estar influyendo en la candidatura de morena, instruida por quien tiene el poder de decidir.
Por lo pronto, Marcelo Ebrard, vuelve a respirar y revive políticamente con rumbo a los acontecimientos del dos mil veinticuatro.
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Y VERACRUZ, ¿CÓMO VA?
AL PARECER, ROCÍO NAHLE, tampoco se cuidó en estos días y acelerada, quizá por los mismos acontecimientos que rodean a la revocación de mandato, apareció en una concurrida manifestación política para apoyar la realización de la consulta popular, junto a quien, es el actual gobernador de la entidad. Todos son señalados, en este momento, de haber violado la ley electoral, con lo que pierden calidad política frente a los ciudadanos de esta entidad federativa, por cierto, una de las más importantes del país en varios aspectos, principalmente, por su vida política electoral.
¿Quién gana terreno, en este sentido?
Sin duda, los que menos se han puesto en riesgo. Para el caso podrían señalarse bien al mismo Sergio Gutiérrez Luna, y al propio alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuill, pues ambos son opciones importantes dentro del panorama político estatal, donde podría recaer la decisión de morena, para buscar posicionarse en primer lugar con rumbo, indiscutiblemente, a la sucesión gubernamental.
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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.