viernes, noviembre 15, 2024

De la venganza…

Ferécides (580 – 520) uno de los Siete Sabios de la Antigua Grecia, escribió sobre La Naturaleza.  Y podría decirse que fue quien sentó las bases de lo que hoy se conoce como biotipología, que es la ciencia que estudia la personalidad a través de los rasgos físicos de la persona…

Se aplica en criminología, basada en que, dicho en pocas palabras, la gente es, de lo que tiene la cara. O, dicho de otra manera, la gente refleja en sus rasgos físicos y en la expresión del rostro, su estado psicológico y su estado de ánimo…  

Pero el estudio va más allá de identificar a una persona cuando está triste, tiene algún dolor o preocupación; para eso no hay que estudiar nada.  Se nota.  Y aunque en la política, sus militantes son expertos, o deben serlo, para no expresar nada en el rostro cuando les están diciendo hasta de lo que se van a morir, sus rasgos faciales los clasifican…

Un ejemplo -y que es a dónde vamos con el presente escrito- son las personas cuyos labios son tan delgados, que al cerrar la boca apenas quedan en una raya; son generalmente vengativos.  Como el Presidente de los EE.UU. Joe Biden. Y otro que anda por ahí y que dice que él no es vengativo…

Y si se hace notar que las comisuras de los labios apuntan hacia abajo, se puede pensar en que es una persona deprimida y pesimista, en la que su agresión hacia los demás denota inseguridad…

El caso es que de nueva cuenta Biden la arremete en contra de Putin y ahora dice que debe de ser juzgado como criminal de guerra por lo que sus tropas hicieron en Bucha.  ¡Fue indignante! dijo. Y destacó la necesidad de seguir enviando las armas que Ucrania necesita para luchar.  Que se maten entre ellos, él se lava las manos…

A pregunta de un periodista, declaró que lo criticaron por llamar a Putin criminal de guerra.  Todos vieron lo que ocurrió, es un criminal de guerra.  Pero habrá que recopilar la información para que pueda haber un juicio…

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Moscú, rechazó categóricamente las acusaciones de Kiev sobre la matanza de más de 400 civiles tirados en las calles con las manos atadas en la espalda; diciendo “que no representaban ninguna amenaza, que estaban desarmados y fueron matados a tiros por los soldados rusos”…

Pero todo sucedió tras el retiro de las tropas rusas y el regreso de los nacionalistas.  Además, hay indicios de la fabricación de los videos.  En uno, se alcanza a ver por el retrovisor de un vehículo que, al paso del convoy nacionalista, se ve claramente que uno de los “asesinados” se levanta; lo que da a entender que todo estaba arreglado con gente que se prestó a actuar.  No es nada nuevo…  

Pero para Washington cualquier pretexto es bueno para entrometerse en los asuntos de los demás.  Pearl Harbor, las armas de destrucción masiva, las Torres Gemelas; son solo ejemplos del sucio actuar de los EE.UU.

La diferencia con el presente, es que en los otros casos intervinieron alevosamente, sabiéndose superiores en capacidad de fuego.  Pero aquí la verborrea no corresponde a la iniciativa…

Lejos quedaron aquellos tiempos en que las diferencias entre naciones se arreglaban, cuando los líderes luchaban personalmente uno contra el otro.  Como cuando en la Ilíada, Ulises y Héctor se enfrentaron frente a la muralla de Troya.  O de perdida cuando los comandantes iban al frente de sus soldados.

Alejandro de Macedonia (356 – 323) siempre usaba una capa roja; de esa manera sus soldados no se darían cuenta si fuese herido; y no se[p1]  desmoralizarían.  Lo que fue copiado por otros ilustres generales, entre ellos, Cayo Julio César (100 – 44) o el Gran Corso Napoleón (769 – 821).  Pero tiempo a que los Generales mueren en la cama…

Pensar que Biden se podría enfrentar a Putin; cuando no lo vencería ni siquiera en un debate público, sería un sueño guajiro.  Pero el tiempo, que ya corre vertiginosamente, pondrá a cada cual en su lugar y habrá un claro vencedor y un vencido…

Lo malo del caso, es que “La Guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido” Friedrich Nietzsche (1844 – 1900)

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.

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