sábado, abril 20, 2024

¡Sí, son traidores, pero son nuestros traidores!

Alburear es una forma de comunicación muy mexicana –una esgrima verbal dice el maestro Rafael Inclán- y un arte que no debería estar en boca de profanos que menoscaban sus artes. Por eso lo que en la legendaria La Verdolaga enmascarada, doña Lourdes Ruiz, la Reina del albur, sonaba como un soneto de Sor Juana, en la dotora Dresser suena falso y hasta vulgar. (Lo mejor fue el expresichente Jelipillo exigiéndole a Taibo 2, inspiración de la dotora, que se disculpara, cuando lo hizo hace años)

Así pasa con temas tan nodales como la pobreza que cuando los toca el gran estadista del sector opositors, Markitititititito Cortés. En un debate entre líderes partidistas donde Mario Delgado le puso una chinga a Alititititito Moreno (le explicó que está por convertirse en el presidente del PRI más perdedor de la historia mientras se iba arrugando a pesar de tanto botox, aunque eso puede ser por ese rico patrimonio que no puede justificar ante las autoridades), el distinguido mero mero del KukluxPAN compartió que mandó una iniciativa que habría sorprendido por su humanismo a Mahatma Gandhi: que todos los pobres tengan paneles solares en sus casas. Una intención maravillosa, pero quizá el muchacho chicho del partido gacho tendría que saber que los pobres no suelen tener casas, ni viven en departamentitos de interés sensual como Loret. A lo mejor a Cortés le hace falta ver menos Vox y darse unos baños de pueblo pues todo indica que los más pobres que ha visto en su vida son a los chuchitititititos del PeRDeré. Digo, no es por intrigar, pero si la idea fuera exigirle a los patrones explotadores como Claudio XXX que no paguen salarios de hambre tendría mejor acogida. De lo contrario acabará como la odontópata Ximénez, haciendo profecías AMLOcalipsis (término invención del gran Fernando Rivera Calderón, hermano Mamut) que nunca jamás existió como la refinería de Calderón cuyo compadre, García Luna Productions, sigue esperando a que lo visite en el tambo.

Algo que solo se puede comparar con el INE (ya ven cómo son de predecibles mi Tatankita Córdova y Murayamasamí) impidiéndole a Morena que acuse de traidores a los traidores a la patria, pues lo único que consiguen es ponerle una lupa todavía más grande a estos traidores que interpretan el clásico reguetonero “Ven, iberdrolízame otra vez”. Así, lo que se entiende es que el INE está diciendo: Ok, sí, en efecto son traidores, pero “¡Son nuestros traidores!”

Jairo Calixto Albarrán

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