El argumento central utilizado en apoyo a la construcción de la refinería de Dos bocas se refiere a buscar la autosuficientes en materia energética, para lo cual se requiere mayor capacidad de refinación, tal como lo propone el gobierno federal. Para ese propósito se modernizan las seis refinerías existentes, completándolo con la construcción de otra en Dos Bocas y con la de Deer Park, recientemente adquirida en Houston, Texas. Voces de quienes de eso saben no comulgan con esa política y suponen es mejor elevar la productividad de Pemex y buscar opciones con inversionistas que coadyuven con el desarrollo del sector. Las 6 refinerías “son obsoletas”, dicen, y su producción no alcanza a cubrir el suministro requerido para dejar de importar. Exportamos petróleo, pero importamos gasolina, diésel y gas. Traducidos en dólares los números son elocuentes, según el presidente de Coparmex: “En 2021 exportamos 28 mil 926 millones de dólares de productos petroleros (petróleo crudo, gasolinas, diésel, gas natural), pero importamos 53 mil 851 millones de dólares”. Visto así parecería lógica la preocupación gubernamental para revertir el caso; sin embargo, la ecuación que propones es la de exportar menos petróleo y producir más gasolina, lo cual nos llevaría paradójicamente a importar más petróleo para alimentar las refinerías. Por otro lado, las refinerías adicionales, Deer Park y Dos Bocas representan hasta ahora una inversión considerable de recursos públicos que, puestos en la balanza aún no se sabe si realmente cubrirán las expectativas. Ojalá se alcance ese objetivo, porque Dos Bocas ya no costará los 8 mil millones de dólares originalmente proyectados sino, según estima un reporte de Bloomberg, poco más de 12 mil 500 millones de dólares, un “piquito” bastante considerable a la cuenta política de doña Rocío Nahle. Y en lo que respecta a Deer Park, cuyo costo anunciado fue de 600 millones de dólares, pero incluye un adeudo de casi mil millones de dólares que absorbe el nuevo dueño, refina 340 mil barriles de petróleo al día y produce 110 mil barriles de gasolina, 90 mil de diésel y 25 mil de turbosina, Dos Bocas tendrá la misma capacidad de refinación de crudo pesado tipo Maya, solo que casi siete veces más cara que Deer Park. Dos Bocas se inaugurará en julio próximo, aunque se duda vaya a operar al cien por ciento durante el año en curso y pueda alcanzar su plena capacidad refinadora. Todavía hay mucho por delante para saber a ciencia cierta si realmente alcanzaremos la anhelada soberanía energética. Pero ojalá así sea.