viernes, abril 19, 2024

Una batalla decisiva para el último tramo del sexenio

En la votación que finalmente se dará el domingo en la Cámara de Diputados, sobre la reforma constitucional al sector eléctrico del presidente López Obrador, se define no sólo el futuro de ese sector estratégico para el país, sino también el equilibrio de fuerzas y contrapesos entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo para los dos años y medio que le restan a este gobierno. Cuando voten, por el modelo eléctrico que prevalecerá en la República, los diputados federales también estarán sentando un precedente decisivo para saber si se puede contener al desbordado poder presidencial que hoy nos gobierna.

Dicho en términos llanos y simples: si la oposición en bloque logra frenar y rechazar la iniciativa constitucional en materia eléctrica, entonces cualquier otra reforma constitucional que intente López Obrador en los siguientes dos años, ya sea en materia electoral para modificar al INE y el Tribunal Electoral, la de militarizar la Guardia Nacional y cualquier otra intentona por modificar la Carta Magna, tendrá que ser forzosamente negociada con las fracciones de oposición en el Congreso y ya no podrá imponerse, como hasta ahora, la voluntad del Presidente y de Morena y sus aliados, que no tendrán los votos para hacer la mayoría calificada necesaria para aprobar cambios constitucionales.

Será la primera vez, desde que comenzó su sexenio, que el Presidente enfrentará a una oposición unida en el Congreso. Y será la primera vez que el PRI-PAN y PRD harán valer las posiciones que le arrebataron a Morena y a la 4T en las pasadas elecciones de junio de 2021 para frenar el mayoriteo y la imposición que han caracterizado a este gobierno que ha despreciado la negociación y el diálogo con la oposición, al grado de que todavía hace una semana el Presidente incitaba a los priistas y panistas a que “se rebelaran” contra sus dirigentes y decía tener información de que “habrá diputados del PRI y del PAN que votarán en favor de nuestra reforma”.

La realidad es que esta vez López Obrador y sus operadores se toparon con pared y, por más que intentaron convencer y cooptar a legisladores de la oposición con tratos, ofrecimientos y hasta cambios desesperados y de último momento a la iniciativa presidencial, no lograron reunir los 57 votos que necesitan para alcanzar la mayoría calificada. Tanto despreciaron, cuestionaron e ignoraron a la oposición, que ahora que necesitaban de sus votos no hubo poder humano ni presidencial que pudiera romper la alianza legislativa de los opositores.

Mucho se ha criticado y cuestionado la pequeñez y la falta de liderazgos fuertes de una oposición que no ha podido ni ha sabido estar a la altura de las circunstancias para ser freno y contrapeso a un Presidente autoritario; pero hoy por primera vez, después de que en los comicios intermedios de 2021 lograron romper la mayoría absoluta de Morena y aliados, los integrantes de la Alianza Va Por México encontraron la forma de ponerle el cascabel al gato.

Y si no pasan cosas extrañas, en los próximos días el felino de la 4T tendrá puesta en la cola una sonaja que, cada vez que se mueva e intente pasar o cambiar la Constitución, sonará tan fuerte que podrán salir los ratones de la oposición para evitarlo. Parece un juego, pero es lo que nos ayudará a frenar y contener que haya más locuras y ocurrencias en lo que resta del sexenio… Esta columna guarda los dados por unos días y se toma un descanso inmerecido pero necesario. El lunes 25 de abril los dados vuelven recargados y listos para seguir rodando en busca siempre de buenos tiros y tiradas para los lectores.

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