viernes, abril 19, 2024

Agua por empleos

ALPIE0508

AL PIE DE LA LETRA

Raymundo Jiménez

Convocado por la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado, a principios de la semana anterior se realizó un encuentro entre representantes de la empresa Constellations Brands y ambientalistas veracruzanos, académicos, consultores, investigadores y miembros de fundaciones que han integrado un grupo de trabajo ante las inquietudes y preocupaciones por el impacto ambiental, social y empresarial que representa la nueva mega planta productora de cerveza que se construirá en la congregación de Vargas, del municipio porteño de Veracruz.

Esta reunión se concertó principalmente por los cuestionamientos que en redes sociales publicó la ex diputada local del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Dalia Pérez Castañeda, dada la proximidad de la planta cervecera con el sistema lagunar de San Julián, que ya presenta un severo deterioro a pesar de ser un área natural protegida.

En dicho encuentro participaron también Alejandro de la Madrid y Alma Soledad Villanueva, presidente y consejera, respectivamente, de la Fundación Salvemos el Agua, y el ingeniero Oliver Olmos Cabrera, presidente de la Asociación MOCI Va Contigo AC (Movimiento Civil Independiente), quienes expresaron el interés de conocer cuál será la fuente de abasto de agua, los volúmenes que usará la planta durante su operación, así como el destino de las aguas residuales y residuos sólidos, dado el estrés hídrico que prevalece en la zona, así como el plan de desarrollo urbano para el crecimiento de tráfico vehicular y el crecimiento de vivienda que generaría el impacto de la cervecera.

Otro más que acudió fue el biólogo Pablo César Hernández, del Instituto Tecnológico de Úrsulo Galván, quien expresó su preocupación por la existencia de los manifiestos de impacto ambiental que son indispensables previo al inicio de los trabajos de construcción, los sistemas interlagunares que podrían verse afectados por la extracción de grandes volúmenes de agua, ya que son los vasos comunicantes entre la laguna de San Julián, las dunas y los manglares. También propuso que estudiantes y egresados de los institutos tecnológicos en el estado sean considerados como parte del personal que operará la fábrica.

Por su parte, el ingeniero Gustavo Mendoza Barrón solicitó información respecto de los procesos de operación que se implementarán al interior de la planta.

A la reunión, que fue promovida por el titular de la Sedecop, Enrique Nachón García, y conducida por José Jaime Domínguez, también asistió Fabricio Cano, de la Sociedad Unida por el Medio Ambiente, quien se refirió a la necesidad de un consumo responsable del agua por parte de la empresa y de la pertinencia de una interlocución permanente de las juventudes activistas en el estado.

A su vez, Miguel Hernández Díaz, presidente de innovación de Canacintra-Xalapa, señaló la importancia de asegurar que la infraestructura en el entorno de la planta cuente con las especificaciones necesarias para no entorpecer el tránsito local, ni trastocar la vida de la población en las proximidades.

Los interlocutores de Constellations Brands fueron Paulo César Hernández, responsable del área social; Carlos Alejandro López, de BMGA, gerente local del proyecto; así como Nicolás Alfaro, director de seguridad e inteligencia, los cuales confirmaron que la magnitud de la obra a construirse en dos años contempla una extensión de 200 hectáreas, que generará 2 mil 500 empleos directos y 10 mil indirectos durante el proceso de construcción, sin mencionar los que serán permanentes durante la operación de la planta.

Sin embargo, aunque durante dos horas y media “prevaleció el diálogo respetuoso y constructivo” entre las partes, los cuestionamientos acerca de la ruta que el agua seguirá, especificaciones técnicas y ambientales, los detalles de operación y compromiso social de la empresa con las comunidades cercanas, así como los mecanismos de mitigación del daño ambiental respecto de la flora, fauna y cuerpos hídricos, que son las principales inquietudes de la ciudadanía respecto de este proyecto, se quedaron momentáneamente en el tintero pero se aseguró que serán resueltos en próxima reunión a la que asistirán especialistas técnicos de la empresa cervecera.

Los ambientalistas advirtieron que “no queremos vivir otra experiencia como lo ocurrido con la laguna de El Farallón que hoy se encuentra seca, buscamos las respuestas a nuestras interrogantes y ser parte del acompañamiento social, para que el impacto de esta inversión sea benéfico para la población, sin los altos costos ambientales que se están pagando en otros puntos del país por no observar el marco legal vigente”.

Constellation Brands tuvo que trasladarse a Veracruz luego de una consulta popular que realizó el gobierno en marzo de 2020, cuyo resultado adverso determinó suspender la planta que había empezado a construirse desde 2016 en Mexicali, Baja California, y que llevaba invertidos 900 millones de dólares con un avance del 70 por ciento.

El año antepasado, Salomón Faz Apodaca, flamante titular de la Secretaría para el Manejo, Saneamiento y Protección al Agua, reveló a un grupo de periodistas bajacalifornianos que el volumen de agua que requeriría Constellation Brands era entre 160 y 170 litros por segundo, cantidad que representaba el líquido de dos pozos.

Tras cancelarse su proyecto en Baja California Norte, los ejecutivos de la empresa establecieron comunicación directa con el presidente Andrés Manuel López Obrador quien les propuso elegir un estado del sureste mexicano porque en esa región “está el 70 por ciento del agua del país”.

Por su ubicación geográfica, infraestructura portuaria y conectividad con el centro y norte del país, los dueños de Constellation Brands se inclinaron por el puerto de Veracruz, pero actualmente la histórica ciudad y el resto del estado padecen la más crítica escasez del vital líquido ante la peor sequía de su historia.

¿No será hora de ir planeando en Veracruz la desalinización del agua de mar? A principios de abril pasado, por ejemplo, el Congreso local de Baja California Sur aprobó que la empresa coreana Promaqua amplíe su planta desalinizadora de agua marina, ubicada en Cabo San Lucas, municipio de Los Cabos, de la que obtiene el recurso que vende al organismo operador local de agua potable, alcantarillado y saneamiento (Oomsapas). Con ello, la compañía asiática incrementará la actual producción de 200 litros por segundo a 605 litros en 2024.

El secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien más de 30 años radicó en esa entidad peninsular, debe saber mucho de esto.

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