lunes, noviembre 4, 2024

Ahued o Pepe, escenario ideal para el 2024

Por Edgar Hernández*

Poco a poco van cayendo los naipes rumbo a la lucha sucesoria.

Cada quien con su cada cual toma su lugar y quienes en el atrabancamiento se sentían los elegidos, hoy buscan tablas de salvación vía curules o escaños para evitar ir a prisión en el juicio final que inicia en 2024.

A la vera del camino y del lado del partido en el poder, van decantando y perdiendo fuerza personajes como Rocío Nahle, más preocupada por rendir cuentas de cara a su desmedida corrupción y salir adelante con el elefante blanco de “Dos Bocas”, que andar pensando que, a una orden suya, se modifique la Constitución veracruzana para poder acceder a la gubernatura.

Y es que al detalle de no ser veracruzana –se cree que nació en Zacatecas- se suma la antipatía ciudadana por tan arrogante dama.

Mientras, otro que reclama oriundez, aunque nunca vivió en el solar, es Sergio Gutiérrez Luna “Gutierritos”. Este, como los cohetones, el día de la fiesta se van al cielo iluminando de fantasías nuestro escenario político. Hoy, sin embargo, este exhibicionista “mequetrefe” no es más que una vara en el piso.

Se le acabó el dinero y se quedó solo.

El Bola #8, Gómez Cazarín, Huerta Ladrón de Guevara y uno que otro trasnochado, con más fama de acosadores y saqueadores del erario que de políticos de altos vuelos con legítimas aspiraciones, han visto sus sueños convertirse en pesadillas.

A 18 meses del arranque del llamado “Año Electoral” y de cara a que este cuento se está acabando, andan tras la búsqueda de fuero más que pretender jugar por la gubernatura en el 2024.

Queda pues, en ese apanicado escenario Ricardo Ahued, tabla de salvación de Cuitláhuac.

Por eso tan amigos.

Esa es la razón por la cual en menos de cinco meses le da tanto lustre a Xalapa con obras de escenografía, sin “Tren Ligero”, por supuesto.

El dinero que se le entrega a Ahued para obra pública y rescate de la cultura, el ser el favorito de Palacio que nunca se equivoca, por ser considerado el más honesto y el más trabajador, el fiel escudero que se arrodilla ante el Bola #8 y finge sumisión, el que no barre para atrás y por conveniencia echa bajo la alfombra toda la suciedad que dejó Hipólito, se convirtió en la tabla de salvación del Cui.

Es su jueguito perverso.

Y es que si bien de cara a la opinión pública capitalina –que no de los 211 municipios restantes- es el mejor, el gran salvador; el de la mano firme, tiene sus limitantes.

 Tendrá que que esperar que decidan en el otro Palacio, el bueno, el del Peje, para saber cómo se dará el juego sucesorio ya que si Claudia Sheimbaum va, Ahued no camina.

Y si el bueno es Marcelo habría que negociar con Morena nacional ya que Gutiérrez Luna trae el apoyo de Mario Delgado.

Pero, si acaso Ricardo Monreal juega la presidencia o el Secretario de Gobernación, Adán López –la última corcholata del desierto- ¡Adiós, mi gabán!

Don Ricardo se regresará con todos los honores a seguir vendiendo plástico.

Del lado opositor hay tres escenarios.

Está Miguel Angel Yunes hijo, quien quiere repetir en el 2024 en una arena donde el principal enemigo de su papá, el Rey del Estero, es López Obrador, quien si bien aún no decide meterlo a la cárcel, no quiere decir que los “beneficios” se extiendan al hijo y le de paso libre para acceder a la gubernatura.

El joven Yunes Márquez, sin embargo, podría jugar la gubernamental y ganarla, pero solo será hasta el 2030 cuando el Peje ya esté del otro lado y para construir esa circunstancia tendría que poner a disposición de la alianza PAN, MC, PRI y PRD, su estructura electoral que en la sucesión gubernamental de 2018 superó los 1.5 millones de votos.

En tanto, la coalición opositora nacional abrazada a ¡Va por México! ve con simpatía a Pepe Yunes quien primero tendría que salvar varios obstáculos para ser la cabeza del Frente Opositor que se está construyendo con ánimo y decisión.

La urgencia política veracruzana es que renuncie a su partido, el PRI, hoy a la baja, o que en su caso, el CEN del PRI nacional desmantele la estructura vigente –la del un voto- y de paso a la democracia enterrada en los viejos muros de la casona de Ruiz Cortines.

En un segundo escenario, Pepe deberá aceptar la propuesta de ser candidato ciudadano al que se abracen los partidos políticos opositores para llevarlo al triunfo y desde esa plataforma gestar el respaldo ciudadano en las urnas abrazado a la bandera de la honestidad.

El punto de quiebre de estos hipotéticos escenarios es que, al momento de escribir estas líneas, Pepe está a no renunciar a su partido ya que confía en su renacimiento.

El tiempo, sin embargo, es su principal enemigo.

Desde luego que habría que considerar que en un tercer escenario juegue Juan Manuel Diez, alcalde de Orizaba, empresario exitoso y con fama de honesto, quien en enero de manera pública expresó que no pelearía por la gubernatura.

Sin embargo, cuando un político dice que no quiere es porque muere por la querencia.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

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