Es muy ducho en el manejo de la mente colectiva y en el difícil ejercicio de comunicarse con “el pueblo”, sin embargo, el presidente López Obrador está quedando a deber en el arte de gobernar, si por esto se entiende dar satisfacción a las necesidades de la comunidad a su encargo. En ese contexto, el también conocido como “el Peje” en sus tiempos de pescador de voluntades, debe estar comprobando su errónea tesis acerca de que “gobernar no es tan difícil”, visto el registro de los resultados obtenidos después de 41 meses de estar al frente del Poder Ejecutivo de esta nación. Basta otear el panorama nacional para encontrar un paisaje pleno de promesas y ofrecimientos aún en la bandeja de los pendientes: inseguridad pública, sistema de salud en la incógnita de su porvenir inmediato, crecimiento económico que ha no ha despegado arriba del 1 por ciento, muy lejos de aquel 4 por ciento de crecimiento promedio dibujado en sus críticas al pírrico 2 por ciento de los gobiernos neoliberales. Peor aún, ya en el declive sexenal, los problemas se van acumulando: aumento de la pobreza, el crimen organizado gana terreno al Estado, la inversión, motora del desarrollo económico, no pinta ni alcanza para impulsarlo. Pero, como hidra, los problemas brotan por doquier, como los dos últimos surgidos de improviso e ingresados a la agenda pública: en el cielo, los incidentes ocurridos en el aeropuerto de la CDMX que ponen en evidencia uno de los lados flacos de la actual administración; y en la tierra, el inicial rechazo por el gobierno de la CDMX al dictamen de la empresa contratada para investigar las causas del accidente del 3 de mayo de 2021 en la Línea 12 del Metro capitalino, que no gustó a la Jefa de gobierno porque, según su criterio, las conclusiones están viciadas y se politizaron. Así, una empresa noruega, DNV, calificada por Claudia Sheinbaum en el momento de su contratación como una de las mejores del mundo, ahora es amenazada de ser objeto de denuncia civil y hasta penal, por quien antes la colocó en el portal de la gloria por sus deslumbrantes méritos. ¿El motivo? Haber privilegiado como causa raíz del accidente la falta de supervisión y mantenimiento, o sea, un golpe al hígado de la administración citadina. Ese escenario lacera al esquema político de la señora Sheinbaum, más aún por su fenomenal tropiezo de intentar ocultar la información derivada de la investigación en comento, solo para ahora rectificar e informar que sí se dará a conocer. Lamentablemente, la marcha atrás queda en grave predicamento, porque lo informa justo después que el Diario El País ha publicado el Resumen Ejecutivo del Tercer Reporte de la Consultora. Está comprobado: “en los nidos de hogaño, no hay pájaros de antaño”.