viernes, marzo 29, 2024

Escala guerra en Tamaulipas; Cabeza de Vaca se juega su resto

Serpientes y Escaleras

Salvador García Soto

A tres semanas de la elección estatal en Tamaulipas, estalló la guerra total en las campañas por la gubernatura. Por un lado, este fin de semana el alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz (hijo de la expanista Maki Ortiz), se sumó finalmente a la campaña del candidato de Morena, Américo Villarreal, luego de coqueteos con el PAN. Reynosa significa el 25% del padrón estatal y por eso la adhesión es decisiva. En esos mismos días entrevistaron al abanderado morenista en Matamoros y le preguntaron si tenía un “pacto de impunidad” con el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, para que éste le entregue el estado a cambio de impunidad. “No hay pacto, a mí me golpean todos los días del gobierno estatal. No habrá impunidad para el gobernador ni para nadie”, respondió Américo.

Y ayer, respondiendo directamente a los comentarios de Américo Villarreal, el gobernador salió a los medios para decir que “yo no me había metido a la campaña, pero lo voy a hacer porque me están aludiendo”. Afirmó que él no busca ninguna impunidad, porque las pruebas con las que lo acusó Santiago Nieto “son falsas” y que ahora es el exdirector de la UIF quien está siendo investigado por la Fiscalía General de la República. Y ya metido en la dinámica electoral, el desaforado mandatario panista acusó que “los que sí están metidos en ilegalidades” son los candidatos de Morena que recibieron financiamiento ilegal y con dinero sucio del empresario asesinado Sergio Carmona.

Justo coincidente con los señalamientos de Cabeza de Vaca, ayer comenzó a circular en el estado una publicación de un supuesto reportaje de un medio ficticio, llamado “The Dallas Chronicle”, en el que bajo el título de “La ejecución del Rey del Huachicol destapa la corrupción en Morena en Tamaulipas”, se publican documentos y se afirma que las campañas de candidatos morenistas en las elecciones de 2021 se financiaron con dinero del empresario asesinado, Sergio Carmona, cuyo financiamiento provenía del robo y contrabando de combustibles a través de la aduana de Nuevo Laredo.

Y mientras el gobernador aparece en la campaña, lo que es un hecho es la solicitud de desafuero que la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción (FECC) de Tamaulipas envió el pasado lunes al Congreso del Estado para pedir que a la diputada local por Morena, Úrsula Salazar, quien es sobrina del presidente López Obrador, le sea retirada la inmunidad procesal o fuero para que pueda ser acusada y procesada por cohecho en el Conalep, de donde Salazar Mójica fue funcionaria antes de ser diputada.

Detrás de la guerra política y judicial que se ha desatado en la elección tamaulipeca, está la desventaja que sigue teniendo el PAN en las encuestas, a escasos 25 días de los comicios y el hecho de que el candidato panista, César Verástegui “El Truco”, no ha avanzado ni crecido en las encuestas, a pesar del apoyo del aparato estatal. Tal vez por eso el gobernador Francisco Javier decidió sacar la cabeza, reclamado “alusiones personales” y literalmente se puso al frente de la campaña a menos de tres semanas de las votaciones.

A estas alturas no está claro si la intervención directa del gobernador en los comicios de Tamaulipas alcanzará para revertir la desventaja notable que tiene su candidato en las encuestas y evitar el posible triunfo de Morena; pero lo que está claro es que Cabeza de Vaca tratará de rescatar algo de la elección y para eso ha decidido jugarse el todo por el todo, sabedor de que en el resultado del 5 de junio se juega, por una parte, su futuro inmediato y, por otra parte, su futuro político. Capicúa de los dados, repetimos el tiro.

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