En el coloquio cotidiano, cuando se habla de política futurista, para referirse a quienes no comulgan con los procedimientos e ideas del actual gobierno, es común aludir en tercera persona a “la oposición”, en directa referencia a la alianza partidista PRI-PAN-PRD que rebate políticamente al gobierno en funciones. Vale reflexionar acerca de quiénes hacen oposición al gobierno para definir si se limita exclusivamente a los partidos mencionados, o también incluye a quienes no coinciden con la forma de gobernar y los procedimientos ejecutados por el equipo de gobierno encabezado por López Obrador y su partido, MORENA. Porque, vista desde el enfoque de la alianza tripartita, y aun agregando a Movimiento Ciudadano, obtendríamos la visión de una oposición pírrica, aún carente de fuerza suficiente para ser competitiva electoralmente. Quizás desde la perspectiva de una oposición conformada por dicha alianza, aunada a la inconformidad ciudadana, pudiéramos advertir una fuerte corriente no acorde con el gobierno de la CuartaT, el quid del asunto consiste en cómo convocar y organizar a ese segmento de ciudadanos dispersos para integrarlos a la unidad oposicionista. Si desde el seno del contexto social surgiera un líder capaz de atraer la multiplicidad de inconformes hacia el lado opositor se facilitaría su potencial competitivo, pero ese escenario hipotético todavía no se vislumbra, cuando ya se avecinan los tiempos para la elección de 2024. Por su lado, el presidente López Obrador es un fenómeno de atracción colectiva poco visto, pues, pese al desgaste provocado por no concretar efectivamente los logros ofrecidos, gran parte de la población mexicana le otorga calificación aprobatoria. ¿Cómo podría la oposición despertar en ese gran segmento poblacional la convicción sobre un nulo avance? Ese cuestionamiento no es oficioso, pues para competirle a MORENA la actual fuerza opositora no alcanza el grado de competitivo. Pero gobernar implica riesgos, pues lo que hoy es mañana puede no ser, y tal circunstancia alimenta la esperanza oposicionista, porque mientras MORENA finca su disputa en retener el poder, en la alianza partidista más de uno está luchando por sobrevivir.