En el nada fulguroso devenir de nuestros días hemos venido observando- no sin amarga desolación, la paulatina desesperanza porque en cada día transcurrido del periodo gubernamental se difumina la posibilidad de un auténtico cambio en el país. Poco a poco se aleja de nuestra anhelante visión el sueño ofrecido de un sector salud a la altura de los mejores del mundo; también el crecimiento económico a un ritmo de 4 por ciento y ya comenzamos a ver en lontananza el anhelo de la soberanía alimentaria: el fin de semana estuvo en Veracruz el presidente López Obrador, aquí abordó el tema de la activación de programas de producción para el autoconsumo, lo cual no despierta mucho entusiasmo porque ya ha transcurrido más de la mitad del sexenio sin visos de adelanto agropecuario, en esa tesitura se estima difícil hacerlo en el declive del gobierno. Pero, además, lo anunció en Veracruz, una entidad privilegiada con grandes ríos pero que, no obstante, mantiene un gran número de municipios padeciendo la peor de las sequías en muchos años poniendo en alto riesgo el hato ganadero y, obviamente, limitando la capacidad productiva de su agricultura. Por increíble que parezca, Veracruz es una de las entidades con menor número de hectáreas de riego, en esas condiciones difícilmente habrá oportunidad para hacer segunda a los propósitos del gobierno federal para la producción de autoconsumo. Ha sido reiterativo el presidente en sus motivaciones para alcanzar ja “soberanía energética” para que México deje de comprar gasolina en el extranjero, con ese motivo adquirió la refinería de Deer Park en Houston y construye la refinería de Dos Bocas, cuya inauguración será en julio venidero. Lamentablemente, los números de la producción petrolera no acompañan esa tendencia. A principios de la actual administración el gobierno proyectó producir 2 millones 697 mil 697 de barriles al día, pero ahora anuncia que para 2024 producirá 2 millones 0010 mil barriles por día, eso si otra cosa no dispone la preocupante reducción que ha venido sosteniendo en estos años. Ojalá nos equivoquemos, pero infortunadamente la realidad viene en sentido contrario.