Otrora, en México, para convertirse en gobernador de entidad federativa se requería del aval de un solo voto traducido en la decisión del presidente de la república, quien señalaba en el PRI al agraciado, el proceso electoral era lo accesorio porque al ser candidato del partido hegemónico el triunfo estaba asegurado. En cambio, los partidos de oposición, en este caso el PAN, batallaba para encontrar a quien quisiera ser su candidato “nacido para perder”. Después, cuando el PRD salió a la escena, le sucedía el mismo síntoma. Fue en la década de los años 90 cuando el PAN (aunque en 1989 ganó Baja California con Ruffo Appel) inició su protagonismo electoral, primero a nivel municipal, ganando alcaldías importantes (aunque en 1968 ya había ganado la alcaldía de Mérida con Víctor Correa Rachó), y en los 90 triunfó en Ciudad Juárez y en la capital de Chihuahua, entre otros importantes triunfos. El PRD recorrió tramo más corto para ganar alcaldías y gubernaturas, precisamente en los referidos años, pues al finalizar el siglo ya gobernaba en Michoacán, Zacatecas y Tlaxcala. Ahora, el fenómeno es MORENA (2014), pues en solo cuatro años de operar como partido político obtuvo la presidencia de México en 2018 y actualmente ya gobierna en 17 entidades, va por más y en 2024, obviamente, luchará para conservar el gobierno de Veracruz ¿con quién de candidato? En MORENA, como suele suceder cuando se tiene el poder, abundan precandidatos: Rocío Nahle, Ricardo Ahued, Sergio Gutiérrez, Erik Cisneros, más quienes viendo el piso tan bajito también se animan a enrolarse, quien quita y pegue. Por su ubicación en el gabinete federal debiera presumirse que la señora Nahle llevaría la delantera, sin embargo, al ser favorecida con esa ubicación se sacó también la rifa del tigre, revestido en el compromiso de construir la refinería de Dos Bocas para ser inaugurada en julio del año en curso. Ninguna refinería de ese calado puede concluirse en tres años han dicho quiénes de eso saben, pero de cualquier manera será inaugurada en julio, aunque realmente empiece a producir muchos meses después. Queda en duda si el acentuado incremento en los costos de construcción de esa refinería (se habla de 4 mil 700 millones de dólares más, hasta ahora) operará como lastre para las aspiraciones de la señora Nahle en Veracruz, realmente lo sabremos hasta que el presidente decida quién será él o la abanderada de MORENA para Veracruz. ¿Si no es doña Rocío cuál será la carta? Esa es la cuestión.