Sin tacto
Por Sergio González Levet
He recibido buenos comentarios siempre que en este espacio me he ocupado de temas de la gramática cotidiana, ésa que utilizamos todos los días para tratar de comunicarnos mejor y de una manera más cercana a la corrección.
Esta vez quiero llamar la atención sobre un error de sintaxis que se está cometiendo cada vez más a menudo, y en el que caen incluso quienes se consideran profesionales del manejo del lenguaje, como comunicadores de la talla del maestro Ciro Gómez Leyva, por citar a alguien.
El error es la falta de concordancia en un enunciado entre el núcleo del sujeto y el núcleo del predicado.
Lo trataré de decir de una forma más clara, y para ello haré algunas consideraciones sobre conocimientos que deberían tener todos los egresados de la primaria en México, si los profesores fueran tan buenos para enseñar como lo son para hacer manifestaciones y destrozos (y como siempre, preciso que hay gloriosas excepciones a esta regla):
1. La oración se compone de dos elementos: sujeto y predicado. El sujeto es de la persona, objeto, animal o idea de la que hablamos y el predicado es lo que decimos del sujeto. Bien, el núcleo del sujeto siempre es un sustantivo o un pronombre, y el núcleo del predicado siempre es un verbo conjugado (no confundir con el infinitivo, el participio y el gerundio, que formalmente no son verbos, sino verboides).
2. Así, si yo digo: “Mamá regaña”, “Niño llora” o “Político roba” tengo formalmente tres oraciones, pues todas tienen un sujeto y un predicado, es decir, un sustantivo y un verbo conjugado, que son el núcleo del sujeto y el núcleo del predicado.
3. A esos núcleos yo les puedo añadir modificadores: “El” niño “consentido” llora “mucho” “por las noches”, “La” mamá “exigente” regaña “a menudo” y “El” político “corrupto” roba “siempre” “al pueblo”.
Insisto, la regla gramatical dice que deben concordar en el número (singular o plural) el núcleo del sujeto y el núcleo del predicado.
Por eso, si yo escribo: “Un grupo de campesinos llegaron a la ciudad a quejarse” o “El sesenta por ciento de los enfermos sanaron completamente” o “El grueso de los habitantes son honestos”… ¡estoy cometiendo un error de sintaxis!
Y están mal esos enunciados porque en el núcleo del sujeto es, respectivamente: “grupo”, “sesenta” y “grueso”., así que no puedo decir “Un grupo …llegaron”, “El sesenta… sanaron” y “El grueso… son”.
Así que se debe escribir: “Un grupo de campesino llegó a la ciudad a quejarse”, El sesenta por ciento de los enfermos sanó completamente” y “El grueso de los habitantes es honesto”.
Ese error se comete tan a menudo, que se puede convertir en un fallo universal, y hay que cuidarlo, para conservar nuestra lengua lo más mejor posible.