Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto
A Dante Delgado se le pueden criticar muchas cosas, pero no que no tenga clara la estrategia política con la que ha logrado posicionar a Movimiento Ciudadano como una de las fuerzas políticas emergentes de mayor crecimiento en el escenario político nacional. El exgobernador veracruzano, formado en el viejo sistema político priista, que lo impulsó y luego lo traicionó al acusarlo y llevarlo a la cárcel por una venganza política, aprendió bien que en el juego político no siempre es de sumas y restas.
Tras haber sido parte de la alianza de partidos que impulsó las campañas de López Obrador en 2006 y 2012, primero como Convergencia Democrática y luego ya como Movimiento Ciudadano, el partido creado por Dante decidió cambiar de aliados en la elección presidencial de 2018 y apoyó al candidato del PAN, Ricardo Anaya, como parte de la coalición “Por México al Frente”. Intentando alejarse de la sombra del caudillo, obtuvo un 1.79% de la votación de la alianza, pero en esa misma elección obtuvo su primera gubernatura con Enrique Alfaro en Jalisco, lo que sumado a su votación en Veracruz, le permitió llegar al Congreso de la Unión con 7 senadores y 27 diputados.
A partir de esa elección, MC y su fundador se trazaron una nueva y arriesgada estrategia para un partido que hasta ese momento había ido siempre en alianzas y coaliciones con otras fuerzas políticas: competir solos y postular a sus propios candidatos con un perfil propio de políticos jóvenes.
Así, de golpe, con candidatos jóvenes y campañas creativas, Movimiento Ciudadano dejó de ser un partido satélite, como el PT o el PVEM, y se colocó como la cuarta fuerza política nacional. La osadía de Dante Delgado y de MC les valió ser acusados de “traidores a la democracia” tanto por el oficialismo morenista, como por la coalición opositora. Con el salto en los comicios de 2021 y la victoria en Nuevo León, surgieron otras dos figuras que hoy son parte de los activos de MC: el gobernador Samuel García y el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, mencionados como posibles candidatos emecistas a la Presidencia, junto con el jalisciense Alfaro.
Ayer, en una entrevista que le realizamos en el Palacio de Gobierno de Nuevo León, Samuel García se descartó como aspirante presidencial en el 2024: “No, yo no voy por el 2024. No me interesa. Mi mayor activo es la juventud, voy a terminar el gobierno de 40 años y ya veremos; mi única prioridad es hacer un buen gobierno en Nuevo León”, nos dijo el mandatario, quien consideró más viable una candidatura de Luis Donaldo Colosio Riojas a la Presidencia, aunque dijo que esa es una decisión que tendrá que tomar el alcalde regiomontano, al que se refirió como “mi gran amigo y compañero de la carrera”.
Con el autodescarte de Samuel García, la sucesión presidencial de MC sería entre Colosio Riojas y Enrique Alfaro. El alcalde de Monterrey es visto por muchos como un posible candidato no sólo de MC sino de otros partidos que podrían sumarse en una gran alianza por el 2024.
Pero hay otro escenario que tampoco se descarta dentro de MC y es que si Marcelo Ebrard llegara a romper con Morena, las puertas del partido, dicen algunos emecistas, se abrirían para el canciller, que tiene una cercana relación con Ebrard.
Veremos, en todo caso, si la estrategia de Dante, de consolidar a MC, ya no sólo como la cuarta fuerza nacional, sino hasta la tercera, por el desfonde del PRI y su pérdida de gubernaturas, sigue dando resultados, luego de que en los comicios del pasado 5 de junio su partido se quedó con niveles bajos de votación, de entre 3 y 8%, y no compitió en ninguno de los seis estados. Aun así, Dante Delgado dice que lograron aumentar su votación y en estados como Aguascalientes e Hidalgo superaron incluso al PRI. Para 2024, dice el dirigente, no habrá alianza con la oposición y MC competirá solo, igual que lo hará en 2023 en Coahuila y Estado de México.