Los resultados electorales del pasado domingo son realmente desalentadores para la Oposición en especial para el PRI. ¿Por qué? Muy sencillo, en 2023, habrá otra vez elecciones en dos estados: Coahuila y Estado de México, y ambos son gobernados por el PRI y créame que desde este momento o si no es que antes, el Sistema en el Poder ya tiene la mira en estas dos entidades aunque cada una de ellas, con distinto enfoque.
En Coahuila, si bien Morena por más que quiera, no se puede asentar por ningún lado, pues carece de figuras, eso no implica darle por derrotado de antemano. Algo nos ha mostrado Morena en estos más de cuatro años que tomó las riendas del poder: cualquiera puede ganar bajo sus siglas y el manto protector de AMLO. Para Morena, ganar Coahuila implicaría dejar al PRI sólo con un Estado: Durango… sí, también considero que iría con todo por los más de 10 millones de electores que tiene el Estado de México, para que del Grupo Atlacomulco se pase al Grupo Texcoco.
El asunto para Morena, para AMLO, para el Sistema en el Poder, es llegar al 2024 con 24 estados gobernados por Morena y aliados (PES en Morelia, y PVEM en San Luis Potosí); refrendar triunfos donde es Gobierno (5), como en Veracruz; ir por dos del PAN y una por MC… y por supuesto, pedirle la estafeta a Cuauhtémoc Blanco.
Ahora, entremos a Veracruz ya con los escenarios puestos a partir del 2022, 23 y 24 y considerando a Morena como el viejo PRI del Poder Absoluto… ¿cuál es el escenario para la Oposición? ¡Exacto! ¡Cuesta arriba!
¿Por qué? Muy sencillo. El Gobierno federal en la figura de AMLO se va a dejar venir con todo su poder económico, político y mediático sobre las entidades a disputarse, pero en especial Veracruz por diversos factores, como son votos, importancia económica (tanto para buenos como para malos), y rescatar la entidad del pésimo papel de Cuitláhuac como gobernador… véalo así, en lo micro, como igual ocurrió en Xalapa con Hipólito.
En la Oposición no bastará la unión de partidos, como muchos quisieran ver al PAN-PRI-PRD-Movimiento Ciudadano; a los malos resultados súmele la sentencia de Dante: No van los naranjas con ellos porque la Alianza ha demostrado que no es una buena fórmula.
Y ojo, porque si hay algo que requiera la Oposición para el 2024, es la suma de liderazgos y al menos PAN, PRI y Movimiento Ciudadano cuentan con esas cabezas de manada que son significativas para muchos políticos jóvenes y viejos que fueron hechos a mano por éstos: Dante Delgado, Miguel Ángel Yunes Linares y Fidel Herrera.
Lamentablemente para el PRI, el liderazgo nato de un personaje como el Tío Fide está menguado por dos factores:
La salud del oriundo de Nopaltepec y porque su cachorro no pudo, no quiso, decidió no ponerse los zapatos del papá y mucho menos, esa camisa roja; por lo que optó por la comodidad de los cargos, la pluri verde y aliarse con Morena, antes que medirse en las urnas.
Quedan Dante Delgado y Miguel Ángel Yunes Linares. Uno en activo totalmente; el otro, alejado de los reflectores pero eso no quiere decir que lo esté de la política.
Ambos saben lo que es luchar contra el Sistema desde Veracruz… y si bien no se habían confrontado a un personaje como AMLO, saben dar batalla.
Ya hemos visto al PRI, al PAN y al PRD juntos, alzándose la mano…
Es seguro que ya no veamos a Dante y Yunes en esa misma posición, pero quizás en una de ésas, sea más fácil ver al Cordobés y al Choleño liderando por separado, desde sus cuarteles, quizás su última gran batalla, como la mayor parte de su carrera política la han hecho: a contracorriente…
Y al menos en Veracruz como en el País, no creo que a Movimiento Ciudadano ni al PAN en el 2024, les alcance para triunfar ni juntos ni por separado… mientras, el PRI ha de depender de lo que haga en el Estado de México pero ésa será otra historia, otra columna. La realidad es que la política nos cuenta que a veces perdiendo, se gana, y eso lo saben Dante, Miyuli y hasta el mismo AMLO. La política es también de tiempos… pero en el caso de Dante y Yunes, también de relevos generacionales…