Este día se celebran elecciones presidenciales en Colombia, van al procedimiento de la segunda vuelta después de no alcanzar ninguno de los contendientes en la elección ordinaria los votos suficientes para ser ganadores. Para esta ronda compiten Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, ambos con perfil populista, al menos en el procedimiento para obtener la voluntad de los colombianos, en esa tesitura plantean ofrecimientos difíciles de cumplir y generan grandes expectativas entre la población. “Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo», es la clásica frase de Abraham Lincoln que bien pudiera aplicarse en casos de gobernantes cuyo discurso versa sobre un discurso sofístico adecuado para encubrir el incumplimiento de lo ofrecido durante la búsqueda del voto, pero en la práctica de inacabado cumplimiento. Argentina, Perú, Bolivia, Venezuela ya padecen el modelo populista de gobierno, se agregará Colombia y no es remoto que Brasil lo abrace nuevamente. Tal panorama invita a evocar la sabia conseja: “Ya éramos muchos cuando parió la abuela”. Pero habrá quien invoque y recurra a la quijotesca frase: “Bienvenido mal, si vienes solo”.