Por Edgar Hernández*
Poco a poco las fichas del ajedrez político se van acomodando.
El juego va tomando forma, las fechas definiendo y los hombres activando.
Así, mientras Morena, sin rumbo, sin AMLO en las boletas y con su puntera, Rocío Nahle, desgastada y más ocupada en limpiar su estiércol que ser candidata, acude a la morralla, mientras la alianza paniaguada ¡Va por México! baja la testuz y se somete al mandato de Dante.
La larga y entusiasta lista de aspirantes a suceder a Cuitláhuac, se acorta y muestra un rostro semioculto a 14 meses del arranque del calendario electoral, a 24 meses de las elecciones y a 30 meses de que eventualmente se vayan al carajo los morenos.
Los del Cui amorcillados, ya empezaron a buscar tablas, a limpiar su cochinero y a sacar sus fortunas malhabidas.
Salvo Eric Cisneros que cree que por sus huevos llega, el resto de los equiperos, sobre todo los de la cola sucia, andan tras una curul estatal o nacional o un escaño que les de fuero.
Los no afines al Cui, como Manuel Huerta, el Apolo de Morena – ese dios griego colmado de semen, epítome de la juventud y la belleza y tan brillante y poderoso como el sol mismo- se auto destapa al igual que el despanzurrado Gutierritos que a estas alturas da risa su irrefrenable carrera por congraciarse con el respetable.
Un “tapado”, sin embargo, se mueve sin hacer ruido.
Limpia su imagen y no abusa; se prepara y le invierte; aguarda tiempos a sabiendas de que si se asoma le vuelan la cabeza. Busca constituirse en el “¡No hay otro, señor, con este ganamos!” volcando el aparato de la legalidad y el de la ilegalidad para abonar a su triunfo que le de la gubernatura.
Desde luego que el “tapado” de la aldea no es Ricardo Ahued, quien siempre supo que no iría por Morena donde siempre ha sido objeto de desprecio y mofa.
Su llegada a la alcaldía fue producto de una más de las ocurrencias del Peje, como lo fue el propio Cuitláhuac en su momento y ya en la lucha interna las tribus lo aislarían y remitirían al trabajo de barrer, limpiar y tapar baches… por ello anda de un humor que se lo carga la chingada.
Más tapados.
Para Dante lo más importante es no perder sus 10 minutos de fama para tender sus redes como ya lo hizo a nivel nacional en aras de colocar a su “tapado”, que no es el joven Colosio, ni el apendejao de Samuel García, menos Alfaro.
Fija diciembre como fecha de arranque y deja que los grupos se perfilen. Que Ricardo Monreal termine de pelearse Morena –“si me siguen excluyendo me voy- y que sigan marginando a Ebrard hasta su salida, para poder definir en lo oscurito su propio juego.
A Veracruz le tiene su guardadito.
Quienes piensan que Dante se autopostulará tendrán que pensarlo dos veces y no porque pierda la plaza, sino porque le queda chica para su proyecto nacional.
¿Será, entonces el candidato presidencial?
Eso habría que analizarlo ante la bandeja de plata que le representa ¡Va por México!, el gran capital e inversionistas opositores, la propia disidencia de Morena y el crecimiento natural que han tenido como partido ante una ciudadanía que no lo ve mal.
¿Qué tal un Monreal como candidato presidencial? ¿Qué tal un Ebrard como su gallo?
En la suma del gana-gana, Dante no pierde.
Por eso juega con un “tapado”. Por ello le saca la lengua a Claudio X González. Por ello fija el calendario del arranque y se erige en árbitro y juez de la final local y nacional.
¿Y Veracruz?
Este político que parece trae un ajo en el rabo, ha venido en repetidas ocasiones a Veracruz a dialogar con los actores y suspirantes. Recibe a gente muy selecta en su casa de la playa, allá por la Costa Esmeralda, al igual que en su casa de Xalapa.
Del Río Virgen es su mejor aliado ya que no tiene amigos y en el desfile, los Yunes, los del estero y la sierra, han sido escuchados, al igual que la vieja guardia priista y sus amigos del PAN y el PRD.
Sabe quién es quién y su largo colmillo hoy le permite elegir –que ya lo hizo- a quién será su tapado, de hecho ya lo tiene tapado desde el pasado 16 de junio.
Tiempo a tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo