De muy poco tiene que alegrarse la oposición partidista tras los resultados de las elecciones de este domingo. Quizás solamente de no haber desaparecido por completo.
Sin embargo, el saldo no es ni de cerca favorable para la coalición PAN-PRI-PRD, que quedó reducida prácticamente a su mínima expresión y con la posibilidad de ser borrada en los procesos electorales subsecuentes si no hacen algo en los partidos que la integran. Empezando por cambiar de dirigentes.
Más allá de la polémica por el contenido de los audios con que “balconearon” su manera de hacer política, lo cierto es que Alejandro Moreno Cárdenas es un bodrio como presidente nacional del PRI. Desde que asumió esa posición, el tricolor ha perdido ¡once gubernaturas! Y entre éstas, dos que eran bastiones históricos de ese partido y que ahora engrosarán las filas de Morena: Hidalgo y Oaxaca. Si no perdieron Durango fue más por mérito del priismo regional que por la acción del partido a nivel central.
Los pésimos resultados ponen en entredicho los liderazgos de un partido que avanza hacia su desaparición si sigue por la misma ruta. Además de Alejandro Moreno, el principal damnificado de este domingo es el coordinador de la bancada priista en San Lázaro, Rubén Moreira, quien impuso a su esposa Carolina Viggiano como candidata en Hidalgo para ser electoralmente humillada por el –por cierto- ex priista Julio Menchaca, con “una pequeña ayuda” del gobernador saliente Omar Fayad. Igual a lo que hizo Alejandro Murat en Oaxaca. El PRI solo pierde con el PRI, dice una máxima de la política mexicana.
Pero si en el PRI no tienen nada que celebrar –de hecho, suspendieron el banquete que tenían previsto en su sede nacional la noche de este 5 de junio- en el PAN no están mejor. La “predicción” que el propio Marko Cortés hiciera el año pasado en el sentido de que a lo mucho ganarían Aguascalientes se cumplió, al tiempo que perdía dos entidades que gobernaba, Quintana Roo y Tamaulipas. En ésta última, también contra un ex priista. Y el PRD… ¿aún existe el PRD?
No se pueden esperar resultados diferentes si se hace exactamente lo mismo. Y la oposición en México carece por completo de una propuesta sólida, de liderazgos respetables y de imaginación para contrarrestar el monumental soborno social de los programas clientelares del lopezobradorismo, que son realmente la única carta con la que juegan, pero que lo mismo les ha servido como un “as” que como un “comodín” que les ha permitido seguir creciendo, a pesar de encabezar gobiernos ineficientes, incapaces y altamente corruptos. La cultura política clientelar está interiorizada hasta la médula en la población.
El tablero político del país tras este 5 de junio queda de esta manera: Morena gobernará 20 estados de la República, consolidando su hegemonía territorial en el país, misma que será fundamental de cara a la sucesión de 2024. Acción Nacional se quedó con seis gubernaturas, mientras que al PRI le quedan dos, minimizado al mismo nivel de Movimiento Ciudadano, que se consolidó como el “tonto útil” del régimen, papel que la misma noche de este domingo el dueño de la “franquicia”, Dante Delgado Rannauro, confirmó que seguirá desempeñando, pulverizando el voto opositor en favor de la “4t”.
Entre una oposición famélica y un régimen marrullero, México sigue los pasos del cangrejo. Decididamente hacia atrás.
Pura pinche grilla
El morenismo veracruzano se metió con todo a operar en la elección de Tamaulipas. Desde el gobernador, pasando por el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local y otros personajes de nivel inferior.
Pura pinche grilla es lo que saben y les ocupa hacer. Por eso Veracruz está como está.
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