domingo, diciembre 22, 2024

La disputa por la gubernatura llega hasta el agua

Prosa aprisa

Arturo Reyes Isidoro

Hay un refrán que dice que: “La ocasión, la pintan calva”. El Centro Virtual Cervantes expone que su significado es que: “No hay que vacilar, sino tener decisión y diligencia para no perder las oportunidades que se presenten, pues no suelen aparecer dos veces”.

Al diputado federal Sergio Gutiérrez Luna se le presentó una el sábado pasado y no la dejó perder.

Ese día tenía programado por la tarde un festival con motivo del Día del Padre en el salón CATEM de la colonia Rafael Lucio de Xalapa. Habría rifa de regalos y baile.

Pero un aguacero que cayó sobre la capital del estado echó abajo todo ya que no solo inundó el salón sino buena parte de la colonia y otras colonias de la capital y el evento se tuvo que posponer.

El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados había intentado llegar al salón, pero su equipo de avanzada le informó cómo estaba la situación. Aun así, persistió.

Decidió bajarse de su camioneta junto con su joven esposa Diana Karina Barreras Samaniego y su eterna acompañante la diputada local Jessica Ramírez Cisneros “para ver cómo está la situación”, y así avanzó.

Caminó con ellas entre el agua y llegó al salón, constató la humedad y el lodo que había, anunció vía Facebook que el festival se celebrará dentro de 15 días y retornó a su vehículo.

En su trayecto saludó a vecinos e incluso auxilió a algunos a salir de sus casas cargando niños. Cuando le solicitaron su apoyo, les ofreció su respaldo para darle seguimiento a sus peticiones.

Se supo de lo ocurrido porque él mismo subió un video a su cuenta de Facebook informando y explicando la situación y de inmediato empezaron las reacciones, porque fue imposible desligarlo de su aspiración a ser el candidato de Morena a la gubernatura en 2024.

Lo compararon con Fidel Herrera Beltrán. Sus malquerientes criticaron a Sergio, aunque fueron más las opiniones de reconocimiento. Pero al diputado federal se le presentó la ocasión, calva, y la tomó como le cayó, a botepronto. Y así como hay metidas de pata, también hay de metidas a metidas en el agua de las inundaciones.

Fidel, como picho mojado, repartía despensas; Duarte era pura farsa

Rescato ahora la columna que publiqué en la última semana de septiembre de 2018 (“Inundaciones, promoción de imagen política”), porque tiene que ver con el tema. Cito:

“En 2010 (agosto-septiembre) tuvo lugar la última gran inundación en Tlacotalpan… Entonces era gobernador saliente Fidel Herrera Beltrán y gobernador electo Javier Duarte de Ochoa.

Algunos columnistas criticábamos que si bien el Tío Fide andaba como desaforado en medio del agua sin zapatos, con los pantalones arremangados hasta las rodillas, con un sombrero de paja tipo jarochito, con una chamarra roja y mojado como un picho repartiendo despensas, Duarte no se apareciera por ningún lado (días después Fidel le habría de preguntar al periodista Fito Soler, al término de una entrevista radiofónica, si sabía qué era bueno para los sabañones).

Cuando la crítica empezaba a arreciar contra Duarte, para evitarla o calmarla, a principios de septiembre sus estrategas lo llevaron e hicieron aparecer entonces en un pueblo de la Cuenca del Papaloapan, a orillas de un charquito de agua.

Buscaron a una señora de la tercera edad del pueblo, humilde, y la llevaron para que Javier se tomara una foto con ella abrazándola, como si de veras viviera el drama con ellos. Y se distribuyó la foto.

En la gráfica se le veía radiante con sus zapatos Ferragamo (de diez mil pesos para arriba) impecablemente limpios, su pantalón reluciente sin ninguna arruga y una guayabera blanca que hasta reflejaba la luz de tan limpia que estaba. En realidad parecía un palomo. Para ese entonces Duarte ya era un gordo exquisito.

Cuando la observé no me pude contener y comenté en este espacio que ya ni la burla perdonaban, que al menos hubieran comprado unas barras de chocolate, las hubieran derretido en agua y lo hubieran manchado a propósito para que pareciera que andaba en chinga, lleno de lodo, atendiendo a los damnificados, prestando ayuda, pero que no podían presentarlo como un muñequito de sololoy.

(Aquel comentario enfureció a Gina Domínguez y a partir de entonces le empezó a meter en la cabeza que yo era su enemigo al grado que el gordo me etiquetó como su enemigo número uno, lo que desembocó en que tiempo después tomara represalias personales contra mí.)

Como nadie les creyó, entonces llevaron a Duarte a Boca del Río donde, entonces sí, lo hicieron meterse al agua para repartir algunas despensas y tomarse la foto.

El priismo le montó luego un espectáculo

Édgar González dejó un testimonio de aquello: “Entre sombrillas y gorras rojas reparten despensas los priistas”, cabeceó una nota que publicó en el blog elfigaropozarica.blogspot.com.

Decía parte del texto: ‘Después de haber estado de viaje familiar –lo puso porque esa era la versión que se dio para justificar su ausencia– y ausente en los momentos más críticos de la contingencia en el estado de Veracruz, este martes (cuatro días después de haber iniciado la contingencia y cuando el agua ya había bajado) se presentó en las colonias del Municipio de Boca del Río el Gobernador Electo Javier Duarte de Ochoa.

‘Afectados fueron citados antes de las 9 de la mañana para hacer fila y entregarles las despensas, pero tuvieron que soportar durante más de dos horas los intensos rayos del sol…

‘Aunque parecía más un mitín político que la entrega de ayuda para las familias que lo perdieron todo, pues el color rojo destacaba en las gorras, sombrillas, carpas que se instalaron en la calle Graciano Sánchez de la colonia Carranza, los priistas negaron lo anterior y aseguraron que no buscaban ser protagonistas durante la contingencia’”.

Fidel Herrera tuvo más de una oportunidad de andar entre el agua y es histórica ya la foto donde se le ve repartiendo despensas con el agua hasta las rodillas.

¡Yunes tampoco se sustrajo y se echó al agua!

La tentación de caminar en el agua al estilo Fidel no la pudo evitar tampoco Miguel Ángel Yunes Linares, quien el 11 de octubre del año pasado (2017) lo hizo en Minatitlán con motivo de las inundaciones de entonces cuando viajó a esa ciudad para supervisar los daños.

Las inundaciones, pues, también han servido a los últimos gobernadores para promover su imagen.

Hasta ahora, a Cuitláhuac García no se le ha visto por las zonas dañadas y no se sabe si irá a estar con los veracruzanos que sufren daños, y menos si irá también a caminar entre el agua”.

El cuitlahuismo, solo palas y cubetas

Cuando hice este último comentario Cuitláhuac ya era gobernador electo, pero no, ha pasado el tiempo y no se le ha visto como a sus antecesores y como a uno de los que aspira a sucederlo, en el agua.

A lo más que llegaron él y su equipo de gobierno en agosto de 2021, luego del paso del huracán “Grace” por Veracruz, que inundó Xalapa, fue a salir con unas palitas a retirar lodo y con una cubetitas a sacar agua, para lo que obligaron a los trabajadores de las diversas dependencias, ellos sí, a meterse en el agua y tratar de achicar pasando las cubetas de mano en mano.

Sergio cometió grave pecado: volvió al agua

Ahora Sergio, ¡ay!, el gran enemigo político que les pretende arrebatar el gobierno y el poder, les acaba de asestar un golpe mediático porque, como en el futbol, los dejó en offside o fuera de juego y además exhibió su parálisis, ya que mientras andaba entre el agua y ayudaba a sacar a unos niños de su casa inundada, quién sabe dónde estaba y andaba el cuitlahuismo, que a ver si no este grave pecado lo paga Gutiérrez Luna como Monreal y ordenan detener y encarcelar a uno de sus allegados colaboradores (por si las dudas debieran sacar un amparo contra todo y traerlo siempre en la bolsa).

Y pensar que de aquí a 2024 faltan muchas inundaciones. Y como siempre pretenden sustituir y superar al diputado en todo lo que hace para hacer verlo menos, a ver si no en la próxima que haya vemos a los cuitlahuistas bajo el agua vestidos de buzos. Una gubernatura bien lo vale.

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