viernes, marzo 29, 2024

Viridiana, morir desde el discurso del poder… 

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Al gobierno de Veracruz le crecen los enanos. 

La analogía dista de ser un chiste humor negro. 

La crueldad derivada de la sangre vertida en feminicidios se ensaña sobre una población agredida, violentada, indefensa de norte a sur, en los veinte distritos federales y los treinta distritos locales que la conforman. 

Resulta imprescindible traer al lenguaje sencillo, accesible, sencillo, el concepto del discurso político. 

“No está desaparecida, está resguardada; es que es un asunto del que no podemos hablar”. 

Esta oración compuesta, integrada por cuatro oraciones simples es parte de un discurso político por varios motivos: 

  • Fue expresada por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez en el municipio de Ursulo Galván el pasado viernes 21 de mayo. 
  • Se trata de una oración compuesta y afirmativa que dio respuesta a la petición familiares y un grupo de ciudadanos en torno a la ubicación de Viridiana Moreno Vázquez, vecina del municipio de Tlaltetela, a quien se vio por última vez en Cardel el miércoles 18 de mayo, cuando fue a una cita para hacerse de un empleo. 
  • La oración expresada por el gobernador se refiere a un sujeto tácito -Viridiana Moreno Vázquez- cuyo nombre no es referido explícitamente pero forma parte del pensamiento expresado en forma oral en el contexto de una entrevista. 
  • Un discurso político puede ser expresado por cualquier individuo encaminado a expresar ideales, sueños, afanes por el beneficio social. 
  • Un discurso político -en el caso de funcionarios públicos- es inherente a expresiones contextualizadas desde la condición de un sujeto de poder en el ejercicio de una posición específica otorgada por el Estado. 
  • Por la desaparición de Viridiana Moreno Vázquez se abrió la carpeta de investigación VER/FIM/FEADPD/157/2022 en la fiscalía estatal. 
  • La fiscalía veracruzana es un organismo independiente pero emana desde los ámbitos de poder ejecutivo y legislativo, donde se propone a su titular y se somete a votación su nombramiento. 

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En concreto: Viridiana Moreno Vázquez desapareció el miércoles 18 de mayo, se denunció tal hecho, se abrió una carpeta de investigación y desde el viernes hubo protestas en Cardel por esta ausencia… 

El sábado 21 de mayo el gobernador Cuitláhuac García Jiménez acudió a un evento propio de su cargo al municipio de Ursulo Galván -limítrofe con el municipio de La Antigua, cuya cabecera se ubica en Cardel-. 

Entrevistado por reporteros el jefe del ejecutivo respondió, literalmente: “No está desaparecida, está resguardada; es que es un asunto del que no podemos hablar”. 

En su edición digital fechada en 21 de mayo La Jornada Veracruz publicó:  

“El gobernador Cuitláhuac García informó que la joven Viridiana Moreno Vázquez, reportada como desaparecida desde el 18 de mayo, luego de acudir a una cita de empleo, está resguardada por la Policía Estatal. Entrevistado en un evento en Úrsulo Galván el gobernador comentó: `Yo la atendí, no está desaparecida, está resguardada, es un asunto del que no podemos hablar”. (1) 

Ante tal declaración a la prensa, familiares y amigos de Viridiana exigieron públicamente al gobernador la entrega de la joven mujer, esposa y madre de un niño de diez años… 

(3) 

El discurso político no se integra sólo por las palabras del gobernador. 

En su obra filosófica “El orden del discurso”, Michel Foucault se pregunta: 

“Pero ¿qué hay de tan peligroso en el hecho de que la gente hable y de que sus discursos proliferen indefinidamente? ¿En dónde está, por tanto, el peligro?”  (2) 

El discurso del poder implica su vinculación con la política y en una sociedad democrática en cierne -y por lo tanto repleta de vacíos democráticos como la nuestra- la clase política se asume dueña del discurso del poder y por tanto dueña del poder político todo. 

El gobernador Cuitláhuac García Jiménez mintió, dijo una verdad, o quizá no supo ni lo que dijo; pero al emitir esta oración: “Yo la atendí, no está desaparecida, está resguardada, es un asunto del que no podemos hablar”no habló por él mismo ni desde él, habló por y desde el poder ejecutivo de la entidad veracruzana y a partir de tal condición sus palabras abrieron caminos sin control; tantos como escuchas y lectores de su palabra hemos tenido contacto con su afirmación…  

Grabada, por cierto…

Viva, Viridiana Moreno Vázquez fue un sujeto tácito dentro de una oración en un discurso de poder tan confuso y torpe como peligroso. 

Sin vida, Viridiana Moreno Vázquez es el sujeto explícito de una oración dentro de un discurso de poder tan torpe y peligroso como destructivo. 

El discurso de poder construye o destruye… 

Tan grande es el poder de las palabras… 

De suyo, las palabras son más poderosas que el hombre mismo… 

El ser humano es un rehén de las palabras… 

De ahí la inevitable necesidad de callar, de aprender el lenguaje del silencio -como mecanismo de defensa y arma estratégica- en el ejercicio del poder político. 

Un hombre de poder y con poder pero sin formación ni talento ni inteligencia política no es capaz de entender el peso del lenguaje en general y de las palabras de forma específica. 

Existe la teoría de las inteligencias múltiples y tal concepto nos remite a visualizar e intentar comprender la existencia de personas inteligentes en áreas donde no aparece la inteligencia lingüística. 

Hablar no es uno de nuestros cinco sentidos -a diferencia del gusto- sino producto de un proceso de aprendizaje tan complejo con el desarrollo humano mismo. 

Hablar no es sinónimo de discurso sino una herramienta destinada a coadyuvar en su conformación. 

La política no es ajena a ningún ser humano: todos somos seres políticos y en consecuencia todos tenemos y ejercemos poder. 

El Estado marca una diferencia clave en el andamiaje conceptual y pragmático del poder: todos hablamos, todos somos entes políticos y todos ejercemos poder pero no todos somos Estado en su elemento gubernamental y por tanto no todos somos poder. 

Un ciudadano puede ser líder pero no a todos los ciudadanos se les otorga el liderazgo colectivo institucional y su consecuencia: el manejo de la estructura de poder desde el Estado. 

Tal designación y asignación implica -fundamentalmente- responsabilidad. 

Y entre las responsabilidades particulares del hombre de Estado electo y/o determinado por la colectividad se encuentra la adecuada construcción del discurso, del discurso político, del manejo inteligente al más alto nivel del lenguaje de poder, del lenguaje político, del lenguaje convertido en vinculación con la masa… 

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Ocurre que nuestro gobernador habla demasiado -en una suerte de imitación fallida del presidente Andrés Manuel López Obrador- y destruye más de lo que construye. 

Los asesores del gobernador en materia discursiva no realizan un buen trabajo o no son escuchados y en consecuencia -por ética- debieron renunciar tiempo atrás pero no lo hacen y su jefe no visualiza el requerimiento de un equipo eficiente en el ramo del lenguaje político -reitero, lenguaje político no es sólo palabra, sino imagen, conceptualización, cultura política, conocimiento profundo de las ciencias sociales, conciencia histórica- y al equipo con el que opera en esa área ni lo ve, ni lo oye… 

Hay, en consecuencia, una complicidad de Estado en torno a un discurso de poder tan temerario, dañino, voraz como un fuego sin control de palabras sin sentido. 

“Asimismo, tampoco debe tergiversarse ni interpretarse en los medios para presuponer que está en resguardo de alguna dependencia gubernamental. Es por ello que este gobierno ha solicitado que los trabajos de búsqueda coordinados con las instancias correspondientes se intensifiquen y se mantengan hasta dar con su paradero de manera urgente” (sic), se escribió en un boletín del gobierno estatal luego de la exigencia al gobernador Cuitláhuac García Jiménez para que Viridiana Moreno Vázquez ya no estuviera a resguardo… 

De pésima redacción, el comunicado oficial buscó -en esencia- disminuir los efectos negativos imposibles de frenar tras la oración compuesta -y descompuesta, en términos de coherencia y actitud lógica- del jefe del ejecutivo: “Yo la atendí, no está desaparecida, está resguardada, es un asunto del que no podemos hablar”. 

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Estamos ante un feminicidio más en una tierra -la veracruzana- donde matar mujeres es sinónimo de cotidianeidad e impunidad. 

Un cuerpo violentado de forma salvaje, propia de bestias, por hombres separados de su condición humana -han perdido el alma y su conexión mental con la existencia misma- correspondería a Viridiana Moreno Vázquez…(4) 

Ante tal hallazgo trágico -en Chachalacas, una playa ubicada a ocho kilómetros de Cardel- el alcance de la oración compuesta y descompuesta del gobernador implica una responsabilidad jurídica sólo cubierta por su fuero constitucional. 

Respecto a la responsabilidad política de Cuitláhuac García Jiménez, remito al discurso filosófico de Michel Foucault pronunciado en 1970 al hacerse cargo de la cátedra de historia de los sistemas de pensamiento en el Colegio de Francia: 

“En una sociedad como la nuestra son bien conocidos los procedimientos de exclusión. El 

más evidente, y el más familiar también, es lo prohibido. Uno sabe que no tiene derecho a decirlo todo, que no se puede hablar de todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin, no puede hablar de cualquier cosa. Tabú del objeto, ritual de la circunstancia, derecho exclusivo o privilegiado del sujeto que habla: he ahí el juego de tres tipos de prohibiciones que se cruzan, se refuerzan o se compensan, formando una compleja malla que no cesa de modificarse.” (3) 

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