jueves, noviembre 21, 2024

A propósito del hombre, «la antorcha», y la mujer, «la copa».

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Según Wikipedia, el Upanishads contiene “más de 200 libros sagrados hinduistas escritos en idioma sánscrito de los cuales los más antiguos y representativos datarían aproximadamente de entre el 800 y el 400 a. C.1”, significa “sentarse más bajo que otro para escuchar respetuosamente sus enseñanzas”, es sin duda alguna un rico compendio de sabiduría, del cual extraemos interesantes párrafos:

«Cuenta la leyenda que Rama, queriendo salvar a su pueblo de los azotes de la guerra y epidemias, tuvo un sueño en el que se le apareció un hombre alto vestido de blanco, pulsando una vara con una serpiente enroscada, con la que señaló una rama de muérdago, dándole instrucciones de su preparación para remediar las enfermedades. Esto hizo famoso a Rama, a tal grado que lo llegaron a considerar un semidiós. El muérdago fue una planta sagrada. A su memoria se consagró la fiesta de navidad al comienzo del año, llamándola de la noche- madre ( del nuevo sol ).

«La aspiración de Rama era la salvación moral de su pueblo y decretó la desaparición de los sacrificios humanos. Para identificar a los grupos tomó la insignia del carnero—» el jefe valiente y pacífico del rebaño»–en oposición al Toro, signo de la fuerza bruta que enarbolaban los escitas. Se dividió así el pueblo de Rama. Para no provocar la guerra civil, Rama meditó la solución. Tuvo otro sueño en el que el ser divino se mostraba con una antorcha en su derecha y una copa en su mano izquierda, diciéndole: «¿Ves esta antorcha?» es el fuego sagrado del espíritu divino. ¿Ves esta copa? Es la copa de la vida y del amor. Da la antorcha al hombre y la copa a la mujer” El espíritu que se le apareció se llamaba DABA NEHOUSHA

 «En Asia, en el Irán y en la India, donde los pueblos de raza blanca fundaron las primeras civilizaciones arias, mezclándose a pueblos de color diferente, los hombres adquirieron pronto supremacía sobre las mujeres en cuestiones de inspiración religiosa. Allí no oímos hablar más que de sabios, de rishis, de profetas. La mujer realizada, sometida, ya no es sacerdotisa más que del hogar. Pero en Europa, la huella del papel preponderante de la mujer se encuentra en los pueblos de igual origen, que fueron bárbaros durante millones de años. Allí eran pitonisas organizadas en colegios de druidesas. Con su enorme poder tornarnose ambiciosas, exigiendo sacrificios humanos, haciéndolos indispensables en su culto……RAMA, sacerdote notable se opuso a esas prácticas”.

Después, la raza negra dominó a la blanca al ser invadido el sur de Europa por aquella, armada de hierro y bronce contra las lanzas y flechas de la blanca.»

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