domingo, noviembre 24, 2024

Ahora va el turno del PAN

uando se trata de partidos políticos aplica aquel dicho de que «a cada santo le llega su capillita». Y es que en las dos fuerzas principales de la Alianza por México, el PRI y el PAN; sus dirigentes enfrentan presiones internas y disputas de grupos que se empezarán a agudizar conforme se acerquen los tiempos de definir candidaturas y nominaciones para las próximas elecciones presidenciales, empezando por la definición de un candidato o candidata presidencial y siguiendo con las dos gubernaturas pendientes en 2023, Estado de México y Coahuila, pero también con las codiciadas listas de diputados y senadores para 2024.

Si al líder del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, ya le brotaron todos los conflictos internos y los movimientos de grupos de exdirigentes, exgobernadores y senadores que lo intentan forzar a concluir su mandato anticipadamente o en agosto de 2023 para que no pueda intervenir en las definiciones de candidatos al 2024, además de enfrentar el acoso político y judicial del gobierno federal, la FGR y de la ladilla en que se le ha convertido la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, ahora le tocó el turno al dirigente nacional del PAN, Marko Cortés.

Ayer, el gobernador de Aguascalientes, con quien el líder panista tiene conocidas diferencias políticas, reunió a un grupo de exgobernadores del PAN que intentan articular un movimiento de disidencia interna para «limpiar la casa» y poder influir en la postulación de candidatos en las elecciones federales y presidenciales del 2024, con el argumento de que el panismo nomine sólo a candidatos «con trayectoria intachable» para esos comicios.

«Queremos trabajar con la premisa de limpiar la casa, para que el partido tenga autoridades estatales y municipales. Queremos autoridades limpias y transparentes para que la ciudadanía vuelva a confiar en Acción Nacional, con candidatos honestos, creíbles y con trayectoria política intachable», comentó ayer tras el cónclave de panistas en Aguascalientes, el exgobernador de Jalisco y exsecretario de Gobernación federal, Francisco Ramírez Acuña.

Al encuentro auspiciado por el gobernador Orozco asistieron también exmandatarios como Carlos Medina Plascencia, Carlos Romero Hicks y Miguel Márquez, de Guanajuato; Francisco Domínguez, de Querétaro, y la exaspirante a la presidencia nacional del PAN, Adriana Dávila. La principal premisa que se abordó en el cónclave fue la necesidad de «cambiar al PAN porque no es el mismo partido que fue hace algunos años».

Se planteó una reforma de fondo al panismo, que incluya cambio de estatutos, una actualización de su Plataforma de Acción Política y, sobre todo, la exigencia de elecciones primarias para elegir al candidato presidencial del PAN (o de la Alianza va Por México) en 2024. «Antes podíamos ganar la elección solos, y hoy estamos teniendo una serie de dificultades con los tres partidos (de la alianza Va por México, PAN, PRD y PRI) para presentar una opción viable donde la ciudadanía pueda creer», dijo en entrevista Ramírez Acuña.

Sobre el liderazgo de Marko Cortés al frente del PAN, el grupo encabezado por el gobernador Martín Orozco dice «respetar al presidente de la institución», pero sí habla de promover una reflexión sobre el 2024 al interior de su partido en plan propositivo, para presentar la mejor opción, ya sea panista o ciudadana, a los mexicanos.

Marko Cortés y el gobernador Martín Orozco chocaron abiertamente en 2021 cuando desde Aguascalientes se filtró un audio en el que el dirigente panista hablaba de los comicios de gobernador en 2022 en seis estados y se le escuchaba decir que «el PAN sólo ganará Aguascalientes». La difusión de aquella grabación, producto de una reunión interna en la que estuvieron los dos personajes, provocó un enfrentamiento que tenía que ver con la definición de la candidatura del PAN para los comicios del 5 de junio pasados. Finalmente, hubo una negociación en la que Orozco tuvo que aceptar la postulación de Tere Jiménez, que nunca fue su candidata y con quien tenía diferencias políticas, y que a la postre ganó las votaciones recientes con un amplio margen y ahora será su sucesora.

Por eso, aunque el cónclave de ayer en Aguascalientes habla de un «movimiento propositivo» y dice no querer guerra con la actual dirigencia del PAN que encabeza Cortés, lo cierto es que sin duda vendrán presiones, jaloneos y hasta posibles enfrentamientos entre los grupos internos del PAN con miras a las definiciones que tendrán que tomarse en los próximos meses, empezando por los candidatos al Edomex y Coahuila, y siguiendo con la sucesión presidencial y las listas de integración del Congreso de la Unión en 2024.

Veremos cómo resuelven los albiazules, en el actual contexto de la Alianza Va Por México, y con la presión de Morena y de López Obrador enfrente, sus disidencias y diferencias internas que, si no son bien procesadas, terminarán ocasionando rupturas que no sólo debilitarían al panismo, sino a la oposición en su conjunto y a la alianza opositora con el PRI, que claramente está en la mira del gobierno lopezobradorista, porque sabe que son el único obstáculo que lo separa de la anhelada continuidad en el poder para el siguiente sexenio.

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