viernes, abril 19, 2024

El rap de Monreal, Biden y Echeverría

A mí no me importa que Ricardo Monreal haga su luchita para ser presidente, pues está en todo su derecho de que solo le haga caso Sandra Cuevas, y que para lograrlo ha elegido el muy extraño método de líder de Morena en el Senado, de manera mecánica, sistemática y harto consistente está en contra de cualquier asunto que defienda, exponga o proponga el partido al que representa. Porque una cosa es que tengas diferencias con tus camaradas partidistas, y otra estar política e ideológicamente más cercano al PRIcámbrico temprano, al KuKluxPAN y a Dante Delgado.

Ya lo del rap es meramente anecdótico; aunque es curioso que un político al que por alguna extraña razón le atribuyen inteligencias que no están claramente demostradas, lo convencieran de que era una buena idea ponerse a hacer un rap que atenta contra los cánones del género y que hace ver a los de Caló como herederos de los Beastie boys. De hecho, se van a despertar los espíritus de Tupac Shakur y Notorious B.I.G, olviden sus diferencias históricas y se unan para irle a jalar las patas al zacatecano por destruir su herencia musical.

Si lo de Monry era acabar con una categoría sonora, mejor hubiera elegido algo más elemental y más cuestionado como las canciones de Arjona o el reguetón, porque su rap quedó al nivel de los piolines de las tías solteronas y del “Bebito fui fiu”, no la frieguen. Algo que solo se puede comparar con los tuits de Lilly Téllez y su pandilla de paletos sobre Luis Echeverría y quisieron compararlo con AMLO cuando, la neta, y ellos lo saben y lo saben muy bien, está más cercano a su expresichente Calderón. Ambos tuvieron a sus dos García: García Paniagua en la matanza del 68 y García Luna Productions en la narcoguerra calderónica.

Es que el sector opositors estaba muy molesto: primero porque justo cuando los kukluxpanistas guangos se decía que el jamón ya estaba a cien varos el kilo para demostrar que todo se estaba yendo pa’l cárabo (seguro compran un jabugo muy corriente) los de Moody’s al ritmo de ya ni Moody´s, elevaron la calificación de México; y segundo porque en lugar de declararle la guerra por no ir a la Cumbre borrascosa de las Américas, Biden invitó a AMLO a Washington para hablar de tú a tú, no se vale. Y lo peor es que, como ya se hizo costumbre, los paisanos fueron a recibir al presidente con fanfarrias, aplausos y canciones.

Es lo malo de aferrarse a Alititititito Moreno como a un clavo ardiente.

Jairo Calixto Albarrán

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